Editorial

Se acabó la cuenta atrás

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Se acabó la cuenta atrás. Mañana toman posesión de manera oficial los nuevos concejales que surgieron de las votaciones del pasado 27 de mayo. Al cierre de esta edición todavía había numerosas incógnitas que despejar, con Galapagar a la cabeza, aunque independientemente del resultado final, lo que cabe recordar es que cualquiera será válido y legítimo. Otra cosa es que se plantee la conveniencia o no de reformar la ley electoral, con la vista puesta en que gobierne la lista más votada, decisión que, como todas, tampoco contentaría a todos, sobre todo tras determinados resultados. Limitar la cuestión a este punto supone un simplismo excesivo, pues no son pocos los casos en que domina una relativa igualdad de fuerzas o bien ententes de uno u otro signo que evitan el gobierno de la candidatura que inicialmente obtuvo mayor respaldo. Pero hacia lo que parece que sí se debería dar un paso más firme es al establecimiento de otros mecanismos correctores, escapando del duro castigo que sufren los partidos minoritarios. Y sobre todo hay que caminar hacia listas abiertas que hagan más directa y representativa la democracia en el ámbito municipal.

Por otra parte, tampoco está de más destacar la normalidad con que se desarrolló el inicio de la octava legislatura en la Asamblea de Madrid, especialmente tras el revuelo de hace cuatro años con el caso Tamayo. Igualmente es reseñable el hecho de que la mujer tenga una importancia notable más allá de las cuotas: Elvira Rodríguez (PP) fue elegida como presidenta de la Cámara, mientras que las portavoces de la oposición serán Matilde Fernández (PSOE) e Inés Sabanés, rodeando al popular Antonio Beteta. Una imagen que demuestra a la perfección el camino emprendido hacia la plena igualdad, aunque aún deben darse muchos e importantes pasos.

Y por último, cabe pedir que durante los próximos cuatro años se hagan realidad las buenas intenciones manifestadas en la sesión constitutiva de la Asamblea, de modo que el diálogo y la colaboración entre los distintos grupos con representación no se quede únicamente en un deseo, sino que se traduzca en hechos.