M. R - Guadarrama
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La apertura desde la N-VI, de un mini-carril de salida y otro de entrada al restaurante El Molino de Guadarrama, justo en plena curva a la altura del kilómetro 47, pone de manifiesto que el Ministerio de Fomento, tan pijo a la hora de mirar con lupa los expedientes relacionados con este tipo de autorizaciones, aquí hace la vista gorda para facilitar el negocio de un concejal del PP de Guadarrama.
Y mientras esto sucede Pere Navarro y la DGT se dedican a aplaudir dejando un irresponsable autorice un punto negro más en nuestras carreteras. Esto sólo puede ocurrir en la España genuina de la pandereta.
En cuanto al inocente solicitante del permiso, o sea, el edil de marras, tengo que decir que como continúe la próxima legislatura de responsable de Urbanismo, el alcalde de Guadarrama lo puede pasar bastante mal si le aprueban el PGOU.