La situación del CBD ha cambiado mucho en cuestión de no demasiados años. Atrás quedan los tiempos en los que comprarlo legalmente era una quimera, puesto que a día de hoy puede adquirirse incluso a través de Internet, llegándote cómodamente a la puerta de tu casa.
De hecho, es posible hacer la compra presencialmente acudiendo a un estanco. Antes de que diese comienzo la pandemia a principios del 2020, no eran muy numerosos los estancos que vendían este producto. Sin embargo, en año y medio se ha multiplicado la cifra de locales que lo comercializan.
No tratan de ocultarlo ni de hacer uso de palabras homónimas. Todo lo contrario. Tanto es así que algunos de los emplazados en la Comunidad de Madrid anuncian por medio de un cartel que venden marihuana en el interior.
Después de acceder al interior basta con preguntar sobre las variantes de hachís que tienen a su disposición. Los trabajadores cada vez resuelven más cuestiones relacionadas con el CBD, así que ya están acostumbrados a mencionar productos como los conocidos bajo el nombre de Gorilla Glue, Super Polm y Gelato.
Básicamente nos referimos a diversas variedades de la planta de la marihuana. Los precios varían mucho, pero parten de aproximadamente cuatro o cinco euros por cada gramo. En el caso del último tipo que hemos mencionado, el coste llega a triplicarse. Pero, ¿es esto legal?
Casi a diario los empleados de los estancos han de hacer frente a una pregunta recurrente: “¿Seguro que podéis vender esto? ¿No me meteré en problemas por comprarlo?” La respuesta siempre es idéntica: “No te preocupes, esta marihuana en concreto sí que tenemos la posibilidad de venderla, estando amparados por la legalidad vigente”.
El motivo que dan guarda relación con una de las sustancias presentes en el cannabis. Nos referimos al THC. Se trata de un elemento que tiene efectos psicoactivos. Es decir, coloquialmente es justo el componente que “coloca” a quien lo consume.
Pero, ¿qué sucede si a esta famosa planta se le quita el tetrahidrocannabinol? Entonces la psicoactividad desaparece por completo. Al no colocar lo más mínimo, en los estancos venden marihuana sin problemas.
Lo hacen comercializando múltiples formatos, desde aceites y polen hasta cogollos y ceras. En todos los casos el componente que está presente en un mayor porcentaje es conocido como CBD.
Tras ver resuelta la duda inicial, el cliente casi siempre plantea otra cuestión: “Si el CBD no coloca, ¿entonces qué beneficios me puede proporcionar?”. En este caso la respuesta se resume en una gran mejoría de la calidad de vida, sobre todo palpable por determinados usuarios que sufren dolores constantes, ansiedad crónica, depresión, etcétera.
Y es que el cannabidiol, a pesar de no afectar psicoactivamente a aquellas personas que lo consumen, es capaz de relajarlas hasta límites insospechables. Incluso los individuos que están siempre nerviosos disfrutan de un sosiego que les permite conciliar mejor el sueño.
Por si fuera poco, el CBD también es idóneo para decir adiós al dolor, incluyendo el más agudo. Su efecto analgésico es muy potente, así como el antioxidante. A su vez, mantiene protegido el sistema neurológico. Incluso algunos estudios indican que los pacientes con Alzheimer tardan más en empeorar, ya que la enfermedad avanza mucho más despacio en comparación con quienes no consumen cannabidiol.
Así pues, no es de extrañar que tantas personas quieran adquirirlo, una acción que ahora pueden hacer cómodamente acudiendo a un estanco. Este tipo de instalaciones suelen mostrar los productos de CBD que venden por medio de mostradores de cristal.
¿Es legal al cien por cien? El Comisionado para el Mercado de Tabacos ha mencionado en varias ocasiones que no está aceptado por su organización, y tampoco autorizado o aprobado. Así pues, ¿cómo es posible que cada vez se venda en más estancos?
Siguiendo una serie de directrices, estos negocios no suelen tener problemas a la hora de vender CBD. Una de las más importantes está relacionada con el etiquetado. Es fundamental que en las etiquetas de los productos que comercializan se indique claramente que los mismos no han sido creados para el consumo, tratándose de elementos decorativos o de coleccionismo.
Por supuesto, también es trascendental que el porcentaje de THC, el cual casi nunca es cero del todo, sea inferior a los 0,2 puntos. Aun así, cumpliendo a rajatabla estos dos requisitos, la venta de CBD en los estancos tanto de la Comunidad de Madrid como del resto de España se lleva a cabo dentro de una especie de limbo legal.
Todo parece indicar que en un futuro dicha situación se acabará regularizando al cien por cien. Para ello se tendrá en cuenta no solo el aumento drástico del consumo, sino también la ausencia de efectos adversos, lo cual contrasta con los numerosos beneficios que el cannabidiol proporciona a los consumidores.