Opinión

A Dios rogando y con el mazo dando

Jesús Antonio Fernández Olmedo | Martes 14 de septiembre de 2021
Es sorprendente observar cómo la Iglesia Católica dispone de innumerables inmuebles en el país y deja en la calle a ancianos, madres y menores no acompañados, como se les ha dado en llamar ahora.

No le tiembla el pulso a la curia a la hora de desahuciar en provincias como Cádiz y Ceuta, así de despedir a empleados de Cáritas.

Asombroso, esto es lo que quedaba ya por ver por parte de esta institución multimillonaria que podríamos decir que es la multinacional más antigua del mundo naciendo pobre, ya que se fundó en un pesebre.

Sus mensajes de empatía, solidaridad, humanidad y compasión, sobre todo compasión, que sería en este caso son solo palabras vacías.

¿Podría ser esto también un síntoma de locura? Es tal la incoherencia entre lo que se predica y lo que se hace que raya la locura.

Lo importante para los obispos es hacer caja y los que no puedan producir, a la calle.

Tener a algún miembro trabajando sin contrato ni alta en la seguridad social también es una práctica de algún que otro Obispo.

Si ellos rechazan la pobreza y no la quieren ni ver, rechazan a menores de otras razas pues estamos ante una cuestión de soberbia sin límites.

¿Qué no harían ciertos señores si tuvieran entonces como en otras épocas carta blanca?

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