Opinión

El estado del estado (113): La verdad (XXXVIII)

Carlos González | Lunes 09 de agosto de 2021
Una vez que ya hemos estudiado a las distintas voluntades, y sus interacciones y competencias, hemos de profundizar en el cómo actúa cada parte para poder sobrevivir, ello nos proporciona los profundos conocimientos que agrupamos en la tercera ley fundamental, La ley de la reacción.

Esta ley nos da las claves para saber, y por ello, prever, cómo se ha comportado, cómo se comporta, y, más importante, cómo se comportará ante el universo en el que habita cada parte del conflicto de la vida. Nos enseña las claves que podremos aplicar en cada momento para saber, y planificar, por qué actúa de una manera y no de la otra.

Si alguien se pregunta el porqué del nombre de esta ley, es porque debemos estudiar lo más profundo y extenso que podamos las emociones, y por ello reacciones, que va a efectuar una parte en su juego en la Madre Naturaleza. Hemos de saber qué siente, hacia dónde le inclina, por qué se reprime si así lo hace. Cuándo avanza, cuándo se para o retrocede. Y un sin fin de posibles toma de decisiones.

El primer gran principio asociado a esta ley es el de, Libertad de Decisión. Es consustancial a ser una parte autónoma de la naturaleza, el que se convierte en Voluntad y adopta una Posición frente al mundo, y en base a ello toma sus decisiones desde su núcleo de poder. Un átomo lo hace desde la fuerza de su núcleo, una molécula desde su unión de átomos, una tribu, por pequeña que sea, desde las órdenes de sus líderes internos. Cada parte es libre de adoptar la decisión que según sus emociones o reacciones le lleven en cada momento concreto. Precisamente por eso las decisiones son diferentes en unos sujetos de poder que en otros, porque unos evalúan más o menos los peligros, los riesgos, los precios a pagar, el respeto a sus alianzas…

Se dirá que una parte no es libre si en frente existe un enemigo poderoso, y está condicionado por dicho peligro, cierto, pero ante un gran oso una persona es libre de echar a correr, subirse a un árbol o enfrentarlo con las armas que disponga. Es libre, y así lo hace, de tomar una decisión u otra. En el fondo puede extrañar lo siguiente pero es absolutamente cierta la siguiente afirmación: Un esclavo lo es por su libre decisión, porque al ser derrotado por el más fuerte, puede elegir morir allí mismo, como en Masada o Numancia, o someterse y vivir en la esclavitud. Más aún, cualquier esclavo - sea cual sea el motivo que le llevó a ese estado- puede dejar esa situación porque el amo no le vigila en todo momento y puede el sometido quitarse la vida. Sigue vivo porque elige, de acuerdo con la ley de expansión constante, mantenerse en la disputa de la vida y procurar mejorar. Porque, en el fondo, alberga esperanzas de revertir esa situación.

El segundo gran principio de la Ley de Reacción es el principio de Respuesta, también se le puede denominar principio de, Responsabilidad. Esto es así porque, precisamente, por el principio anterior, el de Libertad, igual que uno adopta sus decisiones libremente según su evaluación subjetiva, las demás partes son libres de adoptar las suyas en función a lo que esta parte les haya provocado, y por ello, el que inició la acción, será responsable de sufrir las consecuencias de sus decisiones. Cada parte deberá hacer frente a la respuesta que las demás partes adopten frente a nuestro movimiento inicial. Los aliados vendrán en nuestra ayuda, los favorecidos por nuestras decisiones tratarán de actuar con su contraprestación, y los ofendidos o heridos vendrán con todo lo que tengan contra quién crean que les agredió.

Por ello podemos medir la capacidad de planificación de una parte –casi siempre símbolo de clara madurez- cuando estudia minuciosamente y por ello, prevé, cuál será la reacción de sus oponentes ante su acción inicial. Y con ello busca el mejor acomodo a sus deseos e ilusiones y procura que lleguen a buen puerto.

Podemos decir sin mucho error, “Que, en el fondo, Tener cabeza, no es otra cosa que evaluar lo máximo posible cuál es el escenario en el que nos movemos y por ello, prever lo máximo que podamos cuál va a ser la reacción de todos los que tenemos en frente”. “La Educación y la formación no son otra cosa que prepararnos para saber reaccionar en distintos ambientes, porque ya se sabe por los mayores y profesores qué sucederá, y por ello nos preparan, para que adoptemos esas enseñanzas”.

El tercer gran principio, y quizá el más importante de todos, es el de Dirección. Debemos saber dónde cada parte para o retrocede y por qué sigue avanzando si no hay contratiempos, y por ello, cuáles son esos contratiempos. Todo ello se mide en Sus Acumuladores de Dolor. Lo que dirige a cada parte en su conducción en la vida es “El Dolor”.

Pero entendemos que es tan importante este tema que quizá deba ser tratado en un apartado concreto y específico para su estudio.

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