Los suicidios son nota diaria de la violencia sorda que el sistema realiza sobre las personas que no encuentran futuro en una sociedad ya cuasi muerta.
Por encima de todo está el derecho sacrosanto de la propiedad privada y no hay alternativas sociales a una vivienda digna por parte de un estado que ya no se preocupa por poner en la práctica los derechos constitucionales que tanto alardean de ello, si no sólo queda para algunos asuntos como la seguridad y la fiscalidad.
Todo lo demás no importa o el estado ya no pone interés en solucionar: desempleo, precariedad, vivienda, actividades sociales, suicidios, salud de calidad, educación y etc...
¿Qué es el estado hoy? ¿Sólo un ente que le preocupa la seguridad militar y la imagen de las ciudades?
Unas ciudades cada vez más bonitas y unos ciudadanos cada vez mas deteriorados.
Una locura colectiva que se va agravando en un mundo donde quizás, si continúa así, lamentaremos haber nacido.