El proyecto ‘Locus Amoenus’ de los arquitectos Natalia Fernández y Marcos Pérez, parece haber trastocado los planes de la alcaldesa, Mariola Vargas (PP), tras lo acontecido estos últimos días en nuestra ciudad sobre un asunto que parecía estar muy claro: la ubicación del mercadillo en la Plaza de Los Belgas, una vez finalizadas las obras de remodelación de este recinto en las que las arcas municipales se han gastado más de un millón de euros.
El proyecto ganador contemplaba, entre otros, el mantenimiento del arbolado existente, la plantación de casi un centenar de árboles y el refuerzo de las zonas de estancia y recreo. Pero lo más importante de esta actuación estaba centrada en el mercadillo, optimizando el espacio en un entorno más confortable, además de favorecer la actividad al aire libre con la incorporación de un parque infantil en la parte alta de esta plaza.
Un lugar de encuentro y esparcimiento
La alcaldesa decía por entonces: “con este nuevo proyecto se consiguen los objetivos planteados: la creación de nuevos elementos que favorezcan la concurrencia a la plaza y el disfrute de todos los vecinos y visitantes, dinamizando su espacio y actividad económica, con lo que se recupera este espacio para convertirlo, martes y viernes, además de en un mercadillo en un nuevo lugar de encuentro y esparcimiento”.
Pues bien, seis meses más tarde, con las obras al ‘tran-tran’ y sin una fecha de finalización, los 150 vendedores que durante años y años, han ubicado en esta plaza sus puestos dos veces por semana, activaron la alarma después de conocer que la Alcaldesa, principal protagonista de este litigio, abría una preocupante interrogante sobre si el tradicional mercadillo iba a volver a su hábitat o por el contrario, sería definitivamente condenado a su destierro en el P-29
Y mientras esto sucedía, Mariola Vargas anunciaba que los puestos del mercadillo no volverían a instalarse en Los Belgas porque ella, por su cuenta y riesgo, había cambiado de idea tras conocer el resultado de una supuesta encuesta ‘apoyada’ por 3.000 ciudadanos que consideraban el P-29 (concretamente el recinto ferial de las Fiestas de El Gorronal), como lugar más apropiado para su ubicación, hecho que intentaron justificar con una presunta captación de 3.000 firmas de votantes anónimos que, a decir de la regidora villalbina, reivindicaban la presencia del mercadillo en la calle Formón. Y lo más curioso del caso es que la propia Vargas, tras ser preguntada sobre el giro que ella misma había dado en cuanto a la nueva ubicación del mercadillo, respondiera: “Yo me debo a los vecinos de Collado Villalba y si hay 3.000 firmas pidiendo que el mercadillo continúe en el P-29, haya dicho lo que haya dicho, ahí se quedará ¡faltaría más!”. Y esto lo decía la alcaldesa mientras obviaba las 5.000 firmas validadas por la Asociación de Comerciantes de Los Belgas, que con nombres, apellidos, refrendaron la continuidad del mercadillo en la Plaza de Los Belgas.