El lunes de la semana pasada, el diario El País publicaba una amplia información bajo el título “Galapagar es el municipio de 20.000 habitantes con menor inversión en servicios sociales en España (20,6 euros por habitante)”, y denunciaba que el Barrio de San Gregorio está a medio urbanizar y que carece de alumbrado público. “Hay casas ocupadas, otras revendidas de manera ilegal y casi todas tienen las escaleras apuntaladas”, denunciaba El País, que además añadía: “En el lugar reina la suciedad, y el único contenedor de basuras, comentan varios vecinos en un corro, ha salido ardiendo más de una vez”.
“A primera vista hay problemas que solucionar, pero Galapagar (33.000 habitantes) está a la cabeza de los municipios españoles de 20.000 habitantes que menos invierten en servicios sociales, según el baremo que aplica Asociación de Directores y Gerentes de Asuntos Sociales, que ha vuelto a otorgar a este municipio uno de sus ‘Corazones de Piedra’ anuales. Frente a los 94 euros de media que gastan los ayuntamientos españoles por habitante, el madrileño sólo pone 20,6”.
Es impresentable que Galapagar tenga ese premio, comenta el alcalde, Alberto Gómez (PSOE), llegado hace poco más de medio año a la alcaldía, sobre un deshonroso galardón que este municipio serrano comportirá con los de Torrevieja (Alicante) y Caravaca de la Cruz (Murcia).
“Nadie que lo necesitara se ha quedado sin ayuda”, contrapone Carla Greciano, portavoz del PP, el partido que gobernaba cuando se elaboraron los presupuestos que ahora castiga el premio.
Los trabajadores de Servicios Sociales del Ayuntamiento, según El País, se quejan de que cargan con la histórica mala fama del pueblo, la falta de personal, unos salarios a veces menores que los de un administrativo y problemas cada vez más crónicos por la falta de medios. Así lo han denunciado varios de ellos a este periódico, algunos con décadas de experiencia, que prefieren mantener el anonimato.
Vivimos una situación crítica
“Sólo podemos atender lo urgente. No podemos hacer prevención ni seguimientos”, comentan. “Nos da vergüenza, pero vivimos una situación crítica”, porque “la opinión de Galapagar es que es un nido de ‘movidones’ y drogas”.
Un muro separa la carretera de las 73 casas del barrio de San Gregorio, que se halla apenas a 700 metros de la sede del Ayuntamiento. Más que para evitar ruidos, esa pared sirve para ocultar la destrucción social, las drogas, la delincuencia de esta barriada, entiende la Concejal de Servicios Sociales, Raquel Lafuente, del PSOE. Ante ella se quejan no solo los trabajadores de su concejalía sino también los vecinos de San Gregorio. Vivimos como salvajes” explica Miguel, de 25 años, padre de dos hijos”. A partir de las seis de la tarde se acabó el salir de casa”, añade, señalando la farola que se yergue junto a la casa. “Cuéntalo, cuéntalo”, recalca una vecina.
El gasto de Servicios Sociales de Galapagar fue de 20,6 euros por habitante en 2018, mientras que la media nacional fue de 94. El alcalde entonces era Daniel Pérez Muñoz del Partido Popular. Pérez Muñoz que protagonizó un polémico mandato, no optó a renovar como primer edil en las municipales de 2019. El PP revalidó con 6 concejales su victoria, pero el acuerdo entre PSOE (5 ediles) y Cs (4), los dejó en la oposición.
En informe no calcula todo el gasto en políticas sociales, como las becas, no tiene en cuenta que Galapagar está entre los 25 municipios con más renta per capita de la Comunidad de Madrid, por lo que, a lo mejor, el porcentaje de gente que necesita ayuda es menor que en otros”, dijo Carla Greciano, restando credibilidad a los datos por los que este año, y otros anteriores, Galapagar se llevó los negativos galardones. “El actual gobierno está prorrogando los presupuestos de 2018. Se han cansado de recordar el Corazón de Piedra del año pasado. ¿Y por qué no han aprobado un nuevo presupuesto?, añade Greciano. “No se puede decir que no haya sensibilidad, cuando no se conoce el municipio”
“Galapagar es un municipio complicado, con jóvenes descarriados”, comenta Raquel Almendros, una de las dos concejalas de Unidas Podemos y que viene de la última legislatura que mandó el PP. Reconoce que faltan personal e infraestructuras. “El PP prefería esconder a la población marginal antes que atenderles. Los propios trabajadores de Servicios Sociales entienden que el Corazón de Piedra se queda corto para Galapagar. Tendrían que darle al pueblo algo más duro”.