Con los problemas que tienen muchas familias de Collado Villalba, uno siente hasta vergüenza de tener que volver a hablar del sonrojante tema de los salarios de nuestros políticos locales, que nuevamente intenta imponer el ejecutivo formado por PP-Cs, salarios que van desde el de la ‘primera dama’, María Dolores Vargas (Mariola) -65.000 euros del ‘ala’-, hasta el de los llamados ‘¿cargos de confianza?’, cuya labor sigue siendo un auténtico secreto al realizar, presuntamente, desde un trabajo administrativo, a decirle a la señora regidora el tiempo que va a hacer al día siguiente, hasta traspasar las normas más básicas de convivencia cuando el cargo de ‘marras’ decida ‘arremangarse y saltar al ‘ruedo plenario’, para darle un mandoble a aquel vecino/a haya tenido la ‘osadía’ de criticar a su ‘santa’ regidora, como sucedió en la sesión del último pleno de la pasada legislatura, cuando uno de estos cargos ‘dedocráticos’ (en este caso del PP) se fue a por un ciudadano, al considerar que este se estaba metiendo con ‘su jefa’, obligando con ello a intervenir a la Policía Local, para evitar que ‘la sangre llegara al río’. ¿Es esa la labor de un cargo de confianza que, si la propuesta del ejecutivo PP-Cs sale adelante, puede cobrar alrededor de 3.000 euros mensuales (entre 40.000 y 45.000 euros anuales), toda una ‘pasta, para cada uno de esa media docena de supuestos ‘asesores’?. Pero si de lo que se trata es de ‘proteger’ a la señora alcaldesa, mejor que le busquen un ‘guardaespaldas’, como hizo mi inolvidable JP (José Pablo González Duran) ¿lo recuerdan?, que sin encomendarse a nadie, eligió por decreto –siempre se consideró el amo del pueblo- a un Policía Local y lo utilizó como chofer-‘guardaespaldas’, hasta que los villalbinos le dieron la espalda en las urnas y lo dejaron en la calle, dice Lobo Cojo.
Y lo que tampoco entiendo, añade nuestro personaje, es que un partido como Ciudadanos, socio oficial del PP en este municipio -extraoficialmente también lo fue durante la pasada legislatura-, no ponga freno a un desmadre salarial de esta magnitud, aunque también favorezca a sus cuatro concejales, al percibir anualmente, caso de salir la propuesta adelante, desde los 60.000 euros de Bernardo Arroyo y Yolanda Martínez (5.000 euros mes), a los 45.000 asignados sus otros dos compañeros. Y para que no haya celos entre ‘socios’, el PP también ha asignado ¡faltaría más! un salario mensual a Adán Martínez y Iván Pizarro, de igual cuantía. ¡Será por dinero!
Pero lo más lamentable de todo este despilfarro salarial, si alguien no lo remedia (hasta ahora sólo le ha plantado cara Unidas Podemos-IU-Equo y Cambiemos), son esos otros ‘gastos’ extras que al final supondrán un varapalo añadido para unas arcas municipales que, a duras penas, consiguen mantener la supervivencia. ¿Y quién paga los platos rotos de todo esto? Los de siempre, es decir los sufridos contribuyentes, condenados a pasar por la ‘caja publica’ para, vía impuestos, (IBI, salarios, limpieza, recogida de basura, luz, agua, teléfono, etc. etc.), contribuir a paliar el despilfarro de sus representantes públicos, concluye un Lobo Cojo.