Galapagar

Sobre la polémica generada por el juramento en la toma de posesión de la concejala de Galapagar Celia Martell

El Faro | Viernes 21 de junio de 2019

Con respecto a la media docena de mensajes de protesta recibidas en la Redacción de El Faro del Guadarrama, todos ellos relacionados con la información publicada en nuestro periódico sobre el peculiar juramento realizado por la edil de ‘Unidas Podemos’, Celia Martell en la toma de posesión celebrada el pasado sábado en el Ayuntamiento de Galapagar, donde la edil prometió “acatar la Constitución por imperativo legal”, hemos de decir con la intención de poner punto final a dicha polémica, que nuestra Constitución de 6 de diciembre de 1978, que millones de españoles votamos, sigue vigente mientras no sea derogada, y por tanto todos los españoles, y aún más, todos los servidores públicos, están sometidos a ella y al resto del ordenamiento jurídico hasta el punto de que la carta Magna es la que garantiza el principio de legalidad (Articulo 9), aunque ello algunos no lo acepten.

La promesa por imperativo legal la inventó Herri Batasuna allá por los años 80, y de aquellos ‘barros’ vienen estos ‘lodos’. Y por ello muchos aún nos seguimos preguntando: ¿Qué es esto de juro o prometo “por imperativo legal”? Todos esos y otros condicionantes no caben en la promesa o jura de la Constitución, que es un contrato de adhesión, sin perjuicio de que uno pueda tener sus opiniones al respecto o su firme convicción de que la norma debe o pueda ser modificada”

En resumen, que a tales concejales y concretamente el caso que nos ocupa, que es el de señora Martell, se les debía haber preguntado si realmente aceptaba la Constitución en todos sus términos y extensión y sin reserva alguna, y si alguno no lo hiciera así, se le debería negar la toma de posesión.

No es fácil entender que la obligación de prestar acatamiento a la Constitución como es el caso, mantenga un formulario que “vulnera la misma Constitución de cuyo acatamiento se trata”. No se trata, como al parecer entienden algunos, de un ‘rígido formulismo’; sino de que estos señores/as no quieren aceptar la Constitución.

El Faro del Guadarrama no quiere cerrar este posicionamiento al respecto, que no es más que el de la dirección de del periódico, sin exponer nuestra crítica hacia aquellos que en salón de plenos, el día de la toma de posesión de sus representantes, abuchearon e insultaron a la edil de ‘Unidas Podemos’ de Galapagar, porque ella, a fin de cuentas, lo único que hizo fue incumplir su obligado sometimiento a la Constitución, a hora jurar su cargo por “imperativo legal”, añadido que no venía a cuento, como tampoco la coletilla de “hasta que sea reformada (La Constitución), en un nuevo proceso constituyente luchando por los derechos que ‘ahora están siendo conculcados’ ¿?.

Imagínense a un señor que se presenta en una notaría y dice al fedatario público que va a comprar un piso por “imperativo legal o por imperativo conyugal’. La respuesta se la pueden imaginar ¿no?”