Cartas al Director

Juegos más tradicionales

MABEL PINO - Collado Villalba

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Con el paso del tiempo las cosas cambian. Cambiamos las personas, nuestras ideas y con ello todo lo que se mueve a nuestro alrededor. Me resulta tristemente gracioso volver la vista atrás, hacer un recuento ilógico de todo aquello que por una razón u otra ha ido desapareciendo de nuestras vidas.

El otro día observé en el nuevo parque que hay frente a Las Heras, como dos niños jugaban con unos muñecos, de esos que denominan superhéroes y no sé qué más. Uno tenía en una mano el juguete y en la otra una canica. Me llamó la atención y le pregunté si sabía jugar a las canicas. Él, sorprendido, me contestó que no y que además aquella bola que tenía en la otra mano no era una canica, que era un proyectil espacial.

Este detalle me llenó de dudas, ¿cuánto tiempo debe pasar para que los niños dejen videojuegos y muñecos galácticos y vuelvan a jugar como lo hacíamos nosotros antes?.

Tengo la confianza de que algún día nuestros queridos japoneses dejarán de inventar videojuegos y fabricarán canicas, que además de ser menos costosas, cuidan más nuestras indefensas mentes.