El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La resaca electoral, a bote pronto, arroja una conclusión fundamental: que el Partido Popular afianza su mayoría en la Sierra y que el PSOE tiene su único feudo en Collado Villalba, una vez que Hoyo de Manzanares parece que escapará de las manos socialistas y en Cercedilla todo depende de los pactos. Pocas sorpresas, aunque algunas de ellas significativas: la irrupción de nuevos partidos como Vecinos por Torrelodones, Plataforma de Vecinos de Galapagar, AIRENA o Montearroyo, todos ellos con notables resultados en su primera cita con las urnas. En Torrelodones se vivió precisamente uno de los momentos más tensos de la noche electoral, con el partido de Elena Biurrun -y Toni Cantó y Juan Luis Cano, no lo olvidemos- a punto de dar una sorpresa mayúscula, y en cualquier caso convertido en segunda fuerza política.
Es cierto que PP y PSOE habían convertido esta cita en unas primarias de cara a las generales, pero en los municipios todavía hay segundas y terceras lecturas. El caso más relevante es el de Galapagar, donde el cambio de candidato no le ha salido gratis a los populares, aunque tampoco en las filas socialistas estén para tirar cohetes. Si hay vencedores (morales, que también cuentan), esos son los integrantes de PVG y Activa, e incluso del CDL. Ellos tienen la llave del gobierno.
Se trata de un toque de atención que se ha repetido en otras localidades de la Sierra, como Cercedilla o Navacerrada, aunque en este caso Pablo Jorge Herrero conserve por la mínima su mayoría absoluta. Los ciudadanos proponen y la Ley D’Hondt en muchos casos dispone. No faltan las voces que cuestionan la justicia de este sistema que arrincona a los partidos pequeños frente a los mayores, pero son las reglas del juego, tan válidas (y seguramente tan injustas) como otras que figuran en el escenario electoral de otros países.
Ahora toca hablar de formar gobierno y por tanto también de pactos. En algunos casos, como Valdemorillo o Collado Mediano, los vecinos han escapado de ellos, mientras que en otros dominarán la legislatura y a buen seguro que depararán más de una sorpresa. Sólo cabe esperar y pedir que en esos acuerdos domine la cordura y el sentido común, y sobre todo los intereses de los ciudadanos por encima de los personales y partidistas.