REVISTA DE PRENSA
I. Galán (*)
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Tristes quedan los candidatos a alcaldes o representantes de las comunidades no elegidos, mientras que los elegidos en las últimas elecciones municipales y autonómicas ocupan, alegres la silla del poder desde la que nos han de organizar la vida comunitaria.
Ahora se trata de navegar en paz. Por eso, hay que aprender de los fanáticos que por motivos nacionalistas o de otra índole han estado amedrentando gente, amenazando, para que les voten o para que promueven el folklore vasco, para así evitar que vuelva a producirse y se extienda a otras regiones de España.Aprender también se debe para evitar que los caciques de uno u otro color intenten tergiversar los votos, inventárselos, robando el poder a la comunidad, robándonos a todos la decisión de nuestra libertad, es decir, robando nuestra libertad política.
Momento es para estar prevenidos, en alerta ante personajes tan turbios como el imán de Melilla que en sus sermones solicitaba a que los musulmanes votasen a los de su raza. ¿No habría gran tumulto en Europa si un partido con cabecillas de raza blanca hiciese publicidad de votar sólo a éstos, por ejemplo en cierto municipios de Francia o Alemania?. El racismo del personaje le llevaba luego a decir, con patética argumentación, es decir, ninguna, que el Islam es la verdadera democracia. Para finalizar su perorata ponía un ejemplo de libertad de expresión y pensamiento: “¡y no hay más que hablar!”.
Pero no nos callarán, porque seguiremos denunciando los desvíos posibles de una sociedad pacífica, tolerante y libre, a fin de que no deje de serlo. Por eso pediremos más y mejor educación, más información para que el pueblo pueda gobernarse sin que le engañen ridículos predicadores ni violentos. Y no vale decir que el pueblo no quiere ser ilustrado y sólo prefiere televisión de baja calidad, deportes y vino. El reciente día de los museos demostró todo lo contrario. Largas filas de visitantes esperaban pacientes mucho tiempo ante la puerta de algunos centros del saber artístico porque la entrada era gratuita. Demostración también clara de que los precios son altos y muchos se los pueden permitir y por eso acuden ese día, aún esperando como mendigos su limosna. Si queremos una sociedad más libre y tolerante, habrá que favorecer la amplitud de la mente, es decir, el saber, la cultura, como principal antídoto contra fanáticos. Así todos seremos los elegidos.
(*).- En la Tribuna de Albacete