Collado Villalba

Cristina Toral, después de perder las primarias por dos votos, abandona la ejecutiva del POSE

El Faro | Lunes 03 de diciembre de 2018

Cristina Toral, aspirante a liderar la candidatura del PSOE en los próximos comicios en Collado Villalba, además de entregar su acta de concejal hace apenas una semana, abriendo con ello una preocupante crisis en el seno del partido, presentó su renuncia a la Ejecutiva local tras ostentar durante estos los dos últimos años el cargo de secretaria de Política Municipal.

Toral compitió con Vituco Alcolea por el cargo de la secretaria general local y pese a partir como favorita para el colectivo de afiliados socialistas villalbinos, perdió esa posibilidad de imponerse el candidato oficialista y actual secretario general del partido por dos votos de diferencia (123-121), lo que pone de manifiesto la división existente actualmente en la agrupación socialista local. También han renunciado a sus cargos Isabel García, hasta hace unos días secretaria de Movimientos Sociales y Alfonso Solorzano, que ocupaba el cargo de responsable del área de Movilización.

Sobre Vituco Alcolea, actual secretario general del PSOE local y candidato a la alcaldía en las elecciones a celebrar previsiblemente en mayo de 2019, Cristina Toral dijo que “se había presentado para la secretaría general del PSOE el mejor candidato y se ha constatado que es un gran mentiroso y un traidor que no ha dudado en ningún momento en traicionar, mentir e insultar a los compañeros de partido que no eran de su cuerda”. Muy próximo a las tesis políticas del ex alcalde socialista, José Pablo González Durán, de ahí que algunos compañeros tilden de ‘alumno aventajado’ en el arte de la mentira dentro de su quehacer político, la presencia de Vituco al frente de la candidatura del PSOE local ha levantado mucha polémica, de ahí que la sufrida militancia socialista haya recibido como un jarro de agua fría la consolidación de su candidatura, más tras conocerse los ‘tejes y manejes’ políticos de esta aventajado alumno del ‘josépablismo’ más rancio y que ha utilizado un largo repertorio de malas artes para conseguir sus fines, entre ellos ‘purgar sin sonrojo alguno’ a quienes intenten hacerle sombra en su hasta ahora oscuro presente político.