Opinión

No ahondemos más el foso

Félix de la Fuente Pascual

El Faro | Lunes 27 de agosto de 2018

Decir que la sociedad catalana está dividida es la mayor perogrullada que actualmente existe, lo mismo que lo de decir que Cataluña, como región está enfrentada a la mayoría de las regiones de España, pero lo que no es tan evidente es que la imagen que tenemos los españoles en general de los españoles que residimos en Cataluña responde a la realidad. He vivido dos épocas similares a la que estamos viviendo actualmente en esta región de España: la época de Franco y la época del Berlín comunista. En todas ellas se dan características similares en cuanto a los métodos propagandísticos con los que el poder político trata de influir en la sociedad (como ejemplo, recordad como en una ocasión salió publicado el mismo editorial en todos los grandes periódicos catalanes). Quiero decir con esto que los ciudadanos de Cataluña estamos bajo esa presión mediática de la que muchos no se pueden liberar, unos porque han aceptado la tesis del aparato propagandístico y otros por razones económicas y profesionales. Pero los catalanes no independentistas estamos sometidos, además, al olvido, por no decir a la traición, que todos los grandes y medianos partidos políticos, y al desprecio de otros españoles: ¡¿los catalanes?, pues que se vayan de España!”. ¿Cuántos pequeños empresarios, que no tienen nada que ver con la política no se ven afectados por el rechazo de muchos españoles a productos de esta región?. ¿Creeis que con esta actitud se puede solucionar algo?. Comprendo, aunque no creo que sea acertado que haya rechazo a los productos de grandes empresas catalanas abiertamente independentistas, pero no el rechazo a la pequeña empresa que muchas veces conlleva el despido de trabajadores inocentes.

Pero no es mi intención culpar en este momento a nadie, ni lamentarme de nada. Quiero simplemente unirme y solidarizarme con un sinfín de ciudadanos responsables que están buscando vías de entendimiento y convivencia entre todos los españoles, también con el simple ciudadano independentista, esas vías que no nos ofrecen los partidos políticos. Estos últimos viven de la confrontación y jamás van a ponerse de acuerdo, pues por encima de todo están los intereses del partido y si se acaba la confrontación y “el tú más” ya no tienen razón de ser. Por tanto los ciudadanos debemos buscar otras vías distintas a la confrontación. Como dice el refrán “tenemos que hacer de la necesidad virtud”. Y con este espíritu surgiendo en Barcelona, movimientos solidarios dignos de tener en cuenta, uno de ellos se llama ‘Banc Solidari’ del barrio de Las Corts, movimiento o agrupación en el que las familias intentan presentar ayuda en el campo de la educación, de la asistencia social de la sociedad, etc. Otro movimiento pretende proyectar la verdadera imagen de Cataluña en el resto de España y al contrario. Otra plataforma ciudadana quiere actuar en política de forma solidaria, es decir sin cobrar sueldos ni subvenciones o lo que es lo mismo sin que sus miembros electos sean vividores de la política, porque están convencidos de que los grandes problemas de nuestra sociedad no nos los van a resolver los partidos políticos mientras estos tengan el monopolio de la acción política, y no quieren convertirse en un partido político más. La gran utopía es pensar que los partidos políticos van resolver nuestros problemas. Llevamos esperando 40 años. Esta plataforma se llama “Unión de políticos sin sueldo’ y quiere presentarse a las próximas elecciones municipales en varias ciudades de toda España. Hay otros movimientos que están naciendo en Barcelona con la mayor ilusión del mundo, pero que o no terminan de ponerse de acuerdo o caen en manos de los políticos.

No es la confrontación la vía para resolver los problemas. Los ciudadanos no queremos más confrontación: -“Yo pongo lazos amarillos, tu quitas lazos amarillos”-. No podemos dejarnos manipular más por los partidos. Aunque parezcan muy distintos en el fondo los problemas de Cataluña, son los mismos problemas de España y los ciudadanos debemos escoger una vía independiente y conciliadora. No podemos seguir ahondando en el foso que nos separa.