Opinión

Las expresiones coloquiales Mariola Vargas

LOBO COJO

El Faro | Martes 03 de julio de 2018

La alcaldesa villalbina, que estos días anda intentando apagar los ‘incendios’ que ella o sus compañeros de gobierno encienden, el último el de la remodelación de la Plaza de Los Belgas, bien por sus desafortunadas intervenciones en los plenos, bien por sus decisiones un tanto salidas de tono en el ejercicio de la política local, como ocurrió en el pasado pleno donde puso la ‘guinda al pastel de sus despropósitos’ con otro de sus coloquiales calificativos. Esta vez, dice Lobo Cojo, lo que la señora alcaldesa ha calificado de expresión coloquial, se ha vuelto a convertir en un insulto racista, al menos para muchas personas de color, al decir sin venir a cuento: “los empleados del servicio de recogida de basuras (del Ayuntamiento), trabajan como negros”, un pronunciamiento xenófobo y racista, tal como lo calificaron los políticos presentes en dicha sesión plenaria y los ciudadanos que estaban presentes y ni siquiera la mayoría del consistorio ha aceptado que esta fuera una expresión coloquial. El pretendido alago, se ha convertido en un insulto muy criticado por sus parroquianos que, aún recuerdan, otra salida de tono de nuestra alcaldesa al inicio de la actual legislatura, concretamente el 14 de noviembre de 2014, cuando después de otra ‘rajada’ durante el examen para acceder a la alcaldía, prueba impuesta por la entonces presidenta del Partido Popular, Esperanza Aguirre, en la sede de Génova y en la que a la pregunta final, sobre si tenía añadir algo para saber si había dicho la verdad”, Mariola Vargas contestó: “¡No soy ningún ‘perro judío!”, lo que logicamente levantó muchas críticas y obligó a la candidata a la ‘poltrona’ villalbina a pedir perdón a los judíos a través de la Federación Española de Comunidades Judías”.

Pero el asunto no terminó ahí y cuando Vargas quiso justificar su desafortunada intervención, lo hizo afirmando: “Sabéis que soy una persona muy religiosa y mi doctrina me indica todo lo contrario, que tengo que rezar por todo el mundo. Cuando dije perro judío, se trataba de una expresión coloquial, sin más”. Esperemos que sus rezos la eximan esta vez, pese a la reincidencia, del ‘pecado’ xenófobo y racista cometido.