Opinión

El Audi de Pablo Iglesias

Joaquín Abad

El Faro | Sábado 02 de junio de 2018

El fundador del partido de la gente de los pobres, tendrá el lunes su Audi oficial porque Pedro le nombrará ministro como estaba acordado desde el pasado mes. Ya está integrado totalmente en ‘la casta’ con casoplón, como dice Inda, con piso, con coche oficial… A partir de ahora, desde su despacho del ministerio deberá colocar a todos sus peones porque las próximas elecciones generales, que se celebrarán antes de junio de 2020, les va a desalojar y ya se sabe que una vez que un político pisa moqueta su futuro siempre irá unido a recuperar el puesto que perdió. Y si coloca a sus comisarios en puestos claves, Televisión, Servicio Secreto, secretarías mediáticas, siempre será más fácil poder conspirar para debilitar al Gobierno de Ciudadanos que seguro que alcanzará el poder en la próxima legislatura.

Se lo decía proféticamente Carlos Herrera desde los micrófonos de la COPE. A Pablo solo le falta el Audi para ser un completo miembro de ‘la caspa’. No creo que el periodista supiera qué cerca estaba de que en pocas semanas fuera una realidad su vaticinio. Pero dio en el clavo. La pregunta es cómo las bases de Podemos digerirán que su líder, el látigo de la derecha, de la ‘Casta’, se haya pasado al grupo de españoles, a ese cuatro por ciento que vive como los ricos, que viaja en Audi como los ricos y además presume de ello.

Pablo Iglesias con chalé, con piscina, con Audi, será el bastón donde se apoyará Pedro Sánchez en minoría para sacar sus leyes. Pablo será el que tendrá las conversaciones con los políticos de ETA, con los republicanos, con los corruptos catalanes, con todos esos antisistema que amansará y convencerá de apoyar a un Pedro Sánchez que tiene zancadillas hasta en su propio partido, que seguro deberá comerse con patatas, porque gracias a ellos pisa Moncloa un político que ni siquiera es parlamentario. El PSOE también tiene un techo de cristal porque la corrupción en los partidos políticos llegó a España de la mano del Gobierno de Felipe González, que se tuvo que marchar rodeado de casos de corrupción que fueron el escándalo de los años ochenta y noventa. Y aún se verán a altos cargos socialistas declarando en los juzgados.

Durante dos años, como máximo, esto va a ser un circo. Va a ser divertido y cómico, aunque una tragedia para los que en Cataluña están sufriendo la persecución de los envalentonados republicanos que practican una guerrilla urbana que puede incendiarse cuando menos se espere.