Con el nuevo reglamento europeo de Protección de Datos, parece que todas las sites se han puesto de acuerdo en cambiarnos el mensaje ese de la utilización de cookies de terceros, para hacer un seguimiento de lo que almacenamos en nuestro ordenador y vendérselo a las tecnológicas. Me indican los ingenieros que han comprobado que, aunque los desactives, los cookies de ese panel de control que te ofrecen si optas por informarte en vez de aceptar todas, el sistema te las instala de todas maneras. Tú sigues navegando en la creencia de que no hacen trazabilidad de tus actos, cuando la realidad es que eres totalmente transparente.
La tarta de la publicidad programática es demasiado apetitosa como para que renuncien a ella. Y como no me creo que los de la Agencia Española de Protección de Datos de verdad estén por la privacidad, pues pasa lo que pasa. Que navegamos de incógnito creyendo que de esta manera estamos protegidos, cuando la realidad es que de eso nada, monada. Que te están espiando hasta el tuétano mientras, ingenuos de nosotros, nos creemos que hemos desactivado los programas espías.
Porque espían de verdad y encima tienen la cara de decirnos que lo hacen por nuestro bien. Por nuestra comodidad. Por nuestros intereses, cuando hay empresas, multinacionales tecnológicas, que ganan millones, miles de millones, con nuestros datos. Esos que damos gratis para seguir navegando en las diferentes páginas de internet. No soy ingeniero informático, y por eso no creía que haciendo caso al panel que me ofrecían desactivaba las malditas cookies. Pero se lo pasé a los ingenieros de Cibeles, todo contento, y me responden que no. Que han comprobado, entrando en los diferentes análisis de código, que los cookies se instalan sí o sí. Una estafa.