Según ha denunciado el arqueólogo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Alfredo González-Ruibal, fue obligado a abandonar el conjunto monumental del Valle de los Caídos tras retirar un ramo de flores que, minutos antes, había sido depositado en la tumba del dictador Franco. Los hechos, según El País, tuvieron lugar el sábado pasado en el marco de una visita organizada junto a un grupo de alumnos norteamericanos.
En un artículo publicado en su blog personal, el docente señala que todo ocurrió al acercarse a la cabecera de la basílica del Valle de los Caídos, dónde al acercarse a la tumba de Franco y ver a un nombre, entre los 60 y 70 años, dejar un ramo de flores sobre la misma, además de realizar el saludo fascista. “Ante la indiferencia del personal encargado del mantenimiento, de los guardias de seguridad y de un monje benedictino, me acerco a la tumba, recojo el ramo y me pongo a dejarlo en otro lado”, sostiene el profesor en su misiva.
Según siempre el relato de González-Ruibal, los acontecimientos se precipitaron cuando una de las trabajadoras de Patrimonio Nacional, organismo responsable de la conservación del Valle de los Caídos le gritó: “¡Qué está usted haciendo!”, dando comienzo una discusión. “¡Estoy tirando el ramo porque es ilegal!, respondía el profesor, al tiempo que aseguraba que en ningún espacio del recinto se puede llevar a cabo actos de naturaleza política referentes a la Guerra Civil. Una explicación que no convenció a la empleada. “No estamos aquí para decir lo que es o no legal. Usted lo que tiene que hacer es mostrar respeto en un lugar de culto”
Después de indicar su condición de historiador –motivo por el cual justificaba su visita-, la mujer le replicó aludiendo a que “si usted es historiador, tendrá que conocer la historia”.
E incidente, siempre según la versión del citado profesor se saldó con su expulsión del lugar. La empleada solicitó la presencia de un vigilante de seguridad para que acompañara a González-Ruibal, junto a sus alumnos, al exterior del recinto.
Otras versiones, según El País, algunos testigos rebaten el relato e inciden en la actitud ‘nerviosa’ y el tono desafiante que el denunciante empleó con los trabajadores del Valle de los Caídos allí presentes.