El Faro | Lunes 05 de junio de 2017
La Federación Madrileña de Deportes de Invierno (FMDI) y el Ayuntamiento de Cercedilla han rendido el pasado sábado un emotivo homenaje a distintas personalidades relacionadas con los deportes de invierno en reconocimiento a su aportación al mundo de la nieve en general y al esquí en particular, tanto en España, cómo en la Comunidad de Madrid.
Los homenajeados han sido: Miguel Arias, Peter Lewin, Eduardo Roldán, Antonio Cascos (Tolo) y el ‘Mítico’ Club de Madrid.
Al acto presidido por el alcalde de Cercedilla, Luis Miguel Peña y el Presidente de la FMDI, Antonio Fernández-Coppel, han asistido numerosas personalidades relacionadas con el mundo del esquí. Tras una ofrenda floral a la memoria de nuestro campeón olímpico ‘Paquito’ Fernández Ochoa, se ha celebrado el homenaje en el Museo de Esquí que lleva su nombre.
El primero de los homenajeados ha sido el ‘Mítico Club’ Una entidad deportiva madrileña que en esta temporada ha sido galardonada con el Premio a la Excelencia Deportiva por su labor en pro de la promoción del esquí. El ‘Mítico Club’ se dedica desde el año 2007 al fomento del esquí de competición en equipo, desde edades más tempranas y siempre de una forma lúdica y divertida.
El segundo homenajeado, Miguel Arias, pertenece a una de las familias de Cercedilla más ligada al mundo de la nieve. Su propio abuelo, Eleuterio Arias, recibió los primeros esquís importados del hermano de Manuel González de Amezúa, un iniciador en el uso turístico y deportivo de la Sierra del Guadarrama a través de la formación de un grupo de excursionistas que daría origen al Club Alpino Español. Sobrino de los legendarios y laureados esquiadores, Pepe y Luis, la carrera deportiva de Miguel se truncó por una lesión. Su vida giró entonces hacia el mundo del turismo y posteriormente de la restauración.
En los años 70 se hace cargo de le Estación de Esquí de Vaqueira Beret tras el fallecimiento en accidente de su tío Luis, conocedor de esta estación y precursor del ¡boom’ turístico invernal en España. Miguel Arias consiguió situar a Baqueira en la estación modelo de nuestro país. Su labor de promoción del esquí a través de estas facetas, han recibido el reconocimiento de la FMDI con la entrega de un galardón que confesó “me hace enorme ilusión
El Museo del esquí y las familias de Cercedilla
Para Eduardo Roldán, otro de los ilustres homenajeados, “el Museo del Esquí de Cercedilla tiene un encanto especial. Una vez que entras en él sientes una mezcla de tristeza y alegría al recordar a todas las familias de esquiadores de Cercedilla que conoció a lo largo de su trayectoria en el mundo del esquí. “La familia Velasco, la familia Arias, la familia Fernández Ochoa, la familia Jiménez…”.
Roldan ha sido una de las familias más influyentes en la historia del esquí, tanto en la enseñanza como en la competición. Fue durante muchos años Presidente de la Real Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI) y Director de la Estación de Esquí de Candanchú. Desde del año 2006 es el único español miembro de la Federación Internacional de Esquí.
Los primeros cañones de nieve que se instalaron en España en los años 70 en la estación de Baqueira Beret, los importó el holandés Peter Lewin a iniciativa de su amigo Miguel Arias. Lewin ha sido responsable de que toda la industria de marcas internacionales relacionada con el mundo del esquí y el ocio aterrizaran en España. Por todo ello ha recibido el homenaje al que ha respondido con el regalo de un cuadro con la imagen de los Reyes de España para que pase a formar parte del Museo de Esquí de Cercedilla.
También fue galardonado el esquiador olímpico español, Antonio Cascos, conocido como ‘Tolo’, premiado por su larga y exitosa carrera deportiva en el esquí de fondo nacional e internacional que culminó con su participación en la Olimpiada de Albertuille-92.
En el cierre del acto, el Alcalde de Cercedilla calificó de ‘míticos’ a todos los premiados “porque todos han contribuido a crear la historia del esquí”. Por su parte el Presidente de la FMDI, Antonio Fernández-Coppel puso el punto y final a este acto diciendo: “Sin recordar el pasado no se puede escribir el futuro”.