Los vecinos residentes en la zona de El Redondillo no se resignan a tener junto a sus casas una gasolinera que, ubicada en el margen derecho de la M-608, por el daño medioambiental que estas instalaciones puedan ocasionarles. Las obras de esta gasolinera están ya en su recta final.
Las protestas comenzaron hace casi dos años, cuando los ahora afectados conocieron la noticia de esta implantación que estará situada, en algunos casos, a menos de 100 metros de las viviendas de esta zona residencial. Los vecinos de El Redondillo (así se conoce) comenzaron entonces a recoger firmas para mostrar su preocupación a los responsables municipales sobre una instalaciones que calificaban de alto riesgo en el ámbito medioambiental al poner de manifiesto el riesgo que suponía para estas familias la proximidad de esta gasolinera, extensible al millar de alumnos que acuden diariamente al Colegio Laude ubicado también a poco más de un centenar de metros que también podrían verse afectados por las emanaciones de benceno y de otros gases cancerígenos que desprenden este tipo de instalaciones. La alarma se ha incrementado, según ha podido saber El Faro del Guadarrama, al observar durante las obras la poca profundidad del nivel freático en un suelo donde abunda el agua, lo que podría facilitar posibles fugas.
Pero pese a las denuncias habidas en estos meses, las obras han continuado y se puede decir que están próximas a su finalización, lo que hace prever una apertura inminente. “Al margen de los problemas medioambientales, los que aquí residimos vamos a tener otro no menos importante: el de la circulación de vehículos que quieran acceder a esta estación de servicio al tener que utilizar, si vienen de Collado Villalba, una vía de servicio muy estrecha que desemboca en una rotonda excesivamente minúscula para los giros que demandan los vehículos de gran tonelaje, como es el caso de los camiones y de los autobuses que quieran repostar en esta estación de servicio, sobre todo si se conforma la noticia de que el grupo de Autobuses Larrea va a ser uno de los más importantes usuarios de dichas instalaciones, dada su vinculación accionarial con este grupo empresarial.
Contaminación y accesos precarios
Un estudio publicado por ‘Journal of Environmental Managent’ demuestra que el aire de las gasolineras y de sus mediciones está sobre todo afectado por las emisiones procedentes de la evaporación de los combustibles de automoción (sin quemar los derivados de las operaciones de carga y descarga, repostaje y fugas líquidas).
En cuanto a las distancias, recoge este informe “que en los tres casos estudiados se han obtenido distancias de influencia de 100 metros a edificios y aunque la media a las que afectan las estaciones de servicio controladas es de aproximadamente 50 metros, Enrique González, investigador por entonces de la Universidad de Murcia dice “Los efectos nocivos para la salud se prueban desde edificios situados a 100 metros de las estaciones de servicio, comprobándose que a esa distancia podrían tener efectos nocivos para la salud”.
Entre las medidas a tomar destaca que las aguas en las que se puedan derramar hidrocarburos o aceites, se deben recoger en la red separada e inconexa del agua de lluvia porque cualquier derrame de combustible que se produzca contaminaría el suelo de gasolinera y con ello el medio ambiente. También se dice que mientras el combustible está almacenado en los depósitos enterrados se pueden producir fugas que terminarán filtrándose directamente al terreno. Cualquier rotura que se produzca en un tanque según dicho informe, puede ser muy grave porque a simple vista es difícil darse cuenta de ello al estar éstos enterrados en el subsuelo”.
Otro problema no menos importante a tener en cuenta es que durante la operación de trasvase de combustible del camión cisterna a los tanques, puedan producirse derrames, filtraciones en el terreno, etc. De ahí la obligatoriedad a que las mangueras dispongan de dispositivos que avisen cuando el tanque se haya llenado al 95 por ciento de su capacidad para dar tiempo a cerrar la válvula del camión cisterna evitando con ello cualquier derrama por sobrellenado.
Decenas de escritos de denuncia
Durante estos casi dos años, los vecinos afectados han enviado al Ayuntamiento que preside el actual alcalde, Juan Carlos Rodríguez Osuna, decenas de cartas pidiéndole que paralizase unas obras qua si bien fueron autorizadas por su antecesor en el cargo, José María Moreno (PP), él podía paralizar el expediente y pedir los dictámenes pertinentes sobre el riesgo que estas pueden generar a los vecinos de la zona.
Entre decenas de ellas hemos seleccionado las siguientes:
“Está claro que gobierne quien gobierne el Ayuntamiento de Moralzarzal, estas tropelías van a seguir ejecutándose y a los vecinos sólo les queda contemplar con rabia e indignación que se concedan los permisos correspondientes a proyectos altamente dañinos por los que nos sentimos afectados dada la proximidad de los mismos a nuestras casas”.
“Vivo justo al lado de la futura gasolinera de Moralzarzal, El Ayuntamiento debería velar y hacer respetar los derechos de los vecinos que vivimos en una zona residencial. Me parece indignante que se permita levantar estas instalaciones junto a colegios, guarderías, parques. viviendas etc.”
“No queremos una gasolinera a 20 metros de nuestras casas. El Ayuntamiento no debe conceder licencia de actividad a la misma, ¿Para qué están las autoridades municipales? ¿Para administrar el bien de la comunidad vecinal o para defender los intereses de una empresa privada en particular?”.
“Es una vergüenza. Nuestros políticos sólo miran por sus intereses, les da igual el bienestar y salud de los vecinos de Moralzarzal”.
“Este Ayuntamiento de Vecinos por Moralzarzal Paricipa! y PSOE denunciaron en su momento la construcción de esta gasolinera. Lo que no puedo entender es que una vez que ellos están gobernando, el Ayuntamiento permita la construcción de la misma. ¿Cómo se puede cambiar del blanco al negro, simplemente dependiendo del cargo que uno tenga?