El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Las dos imágenes corresponden a la misma encina, con sólo dos años de diferencia. Como se puede apreciar, la construcción al rededor de este ejemplar ha provocado su muerte y la indignación vecinal. Aunque se encuentra a pocos metros de la casa consistorial y se trata de un ejemplar protegido, esta encina ha muerto por la desidia de promotores y políticos. El autor de estas imágenes, José Luis Herrero, afirma que han realizado la obra “dejando el árbol sobre un promontorio de granito, como si se tratara de un bonsai gigantesco, consiguiendo con ello su muerte lenta y agónica”