El Faro | Viernes 31 de marzo de 2017
La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha una red de laboratorio de Agricultura Abierta en El Escorial, un proyecto pionero que ofrece formación y trabajo en el sector de la agricultura sostenible y que se desarrollarán en las instalaciones con que cuenta el IMIDRA en este municipio. Una finca de investigación que ayer fue visitada por el Consejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, Jaime González Taboada para comprobar que todo está a punto para la puesta en marcha de esta iniciativa en la que ha estado acompañado del alcalde de El Escorial, Antonio Vicente,
Los laboratorios de Agricultura Abierta pretenden recuperar la tradición agrícola a través del cultivo de huertos y la comercialización de sus productos a pequeña escala, una iniciativa que ya se desarrolla con éxito en el municipio madrileño de Perales de Tajuña, donde 60 emprendedores han participado en la primera fase de este proyecto y cerca de una decena afronta en estos momentos la segunda fase de AGROLAB.
Ahora el laboratorio que se pone en marcha en el Viveros El Escorial se instalará en una superficie de una hectárea. Para la primera fase de ‘Introducción a la Agricultura’ se destinarán 16 parcelas individuales de 50 metros cada una y otras dos parcelas comunitarias de 700 metros cuadrados, cada una, donde los participantes podrán cultivar estas huertas en autoconsumo.
Formación y Empleo
Los emprendedores que pasen a la segunda fase de AGROLAB podrán realizar práctica de cultivo a mayor escala en una parcela de 4.000 meros que les permitirá, además, comenzar sus primera actividades de comercialización de los productos obtenidos de la tierra en canales cercanos.
Al igual que en Perales de Tajuña, también en el nuevo laboratorio de El Escorial el Gobierno regional, a través del MIDRA, aportará la formación a los participantes, el diseño de los huertos, así como el asesoramiento y el material necesario para el cultivo.
Según el AGROLAB de Perales de Tajuña este proyecto cuenta con una importante participación de mujeres rurales (dos de cada tres) y jóvenes, ya que el 54 por ciento de los participantes tienen menos de 40 años y el 52 por ciento estaban desempleados en el momento de comenzar la formación y ahora están trabajando en una salida laboral dentro del sector agrario.