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La falta de vehículos obliga a la Guardia Civil a patrullar a pie en Collado Villalba, Algete, Rivas y Las Rozas

Así lo ha denunciado la Asociación Española de la Guardia Civil al diario ABC

El Faro | Lunes 06 de marzo de 2017

La Guardia Civil, regresa al siglo pasado. El motivo es el mal estado del parque móvil, que se no se ha renovado al ritmo que sería necesario desde que comenzó la crisis. Así lo ha denunciado al diario ABC la Asociación Española de Guardia Civil (AEGC).

Esta situación que afecta, prácticamente a toda la región, es especialmente preocupante en algunos municipios como Collado Villalba, Rivas Vaciamadrid, Algete o las Rozas, entre ellos. Se trata de localidades dotadas de puestos principales de la Benemérita, ya que dan cobertura a localidades urbanas, extensas y pobladas, así como a pueblos anejos.

Ante el deterioro de los vehículos, muchos agentes se están viendo obligados a realizar la patrulla a la vieja usanza: a pie. Un hecho insólito en el Cuerpo que solo ocurre de manera ocasional en los cascos históricos en los que debido a su estrechez, por sus calles no pueden transitar vehículos. “En estos casos una pareja de agentes hacen el corto recorrido a pie, pero a 200 o 300 metros tienen el coche”.

El hecho de tener que hacer los servicios “a patita” va en detrimento de la seguridad ciudadana y de los propios agentes, sobre todo porque si ocurre un robo o cualquier otro incidente, difícilmente los funcionarios van a poder llegar a tiempo al lugar de los hechos en esas condiciones. Y no hay que olvidar que todo esto sucede en pleno nivel 4 de la alerta terrorista.

Un parque móvil obsoleto

Ante la escasez de vehículos y la antigüedad de los existentes, se da el caso de que en muchas ocasiones hay más efectivos (y eso que son escasos) que coches. Y ocurre que si en un municipio hay ocho patrullas y solo seis coches útiles, dos tendrían que ir a pie. Para evitar que las dos últimas salgan así a la calle, lo que suelen hacer es enviar a una de ellas a la oficina de denuncias o realizar otras funciones. “Eso, cuando no tienen más remedio que salir a la calle con uno desvencijado, cuyas puertas no cierran”, indica el portavoz de AEGC. “Sólo nos falta salir a la calle con capa y tricornio, pues ni siquiera tenemos bicicletas”.

“El exceso de kilometraje, según las mismas fuentes, de los coches patrullas -en algunos casos superan los 300.000 kilómetros- los convierten en un peligro. Cables sueltos, puertas que no se abren o no cierran, llaves que no funcionan, volante y palancas desgastadas... son algunos de los desperfectos que presentan. Todo ello afecta a la respuesta y a la eficacia policial, así como a la seguridad de los funcionarios, por el riesgo que ello supone”.

Aunque la dirección de la Guardia Civil ha adquirido nuevos coches, son pocos los que están funcionando. “Además les ponen un límite de 200 kilómetros al mes, lo que significa 30 kilómetros al día, por lo que en un solo turno se rebasa este tope; el motivo: que no se sobreutilicen”.

AEG añade que la Guardia Civil compra los vehículos y no recurre al ‘renting’ como otros cuerpos y que, además, tiene un servicio de material móvil.