A principios de año, tal como informó El Faro del Guadarrama, el alcalde de Galapagar. Daniel Pérez Muñoz, anunciaba que esperaba que este año fuera de diálogo y entendimiento con los grupos de la oposición y que por tanto tendía la mano a todos ellos a fin de retomar las negociaciones.
“Dicho y hecho, dice la nota de prensa remitida por el grupo popular. El pasado viernes el PP iniciaba esta ronda de negociaciones y lo hacía con un encuentro con el grupo municipal de Ciudadanos. El objetivo era volver a punto de partida de los 45 puntos que, ya en julio de 2015, ponía sobre la mesa el PP para intentar llegar a algún acuerdo al respecto. Lamentablemente un año y medio después, las posturas entre ambos grupos municipales siguen alejadas y pese a los intentos de los populares de negociar y llegar a un entendimiento no ha sido posible”.
“No obstante, aunque este primer encuentro no ha cumplido con las expectativas previstas, el Partido Popular ha anunciado que mantendrá su empeño de llegar a acuerdos, partiendo de la premisa de que los vecinos son los más importantes y, ahora, más que nunca, debemos dejar de lado los intereses políticos y partidistas”, concluye el comunicado.
El PGOU a debate
A principios de año, el alcalde de Galapagar, más o menos y después de felicitar el año nuevo, vino a decir: “Voy a intentar negociar un pacto con Ciudadanos, pues si en la Comunidad de Madrid y en el Gobierno de España este partido gobierna con el PP ¿por qué aquí no puede pasar lo mismo?”.
Este periódico, anunció que un acuerdo del PP con la formación naranja se antojaba casi imposible, sobre todo a tenor del distanciamiento existente entre ambos grupos y entre el alcalde y el portavoz de Ciudadanos, tal como ha quedado de manifiesto en los debates plenarios habidos en este año y medio de legislatura. Y lo peor es que no sólo lo tiene complicado Daniel Pérez Muñoz con Ciudadanos sino que esto, salvo que cambie de talante, también le va a ocurrir con PSOE, Cambiemos Galapagar, IU y hasta con la concejala no adscrita. Y claro, con esos ‘mimbres’, al regidor local le va a resultar muy difícil conseguir elaborar el ‘cesto’ del PGOU, al menos a su gusto, pues es obvio que sus líneas urbanísticas están a años luz, al menos hasta ahora, de las del resto de los grupos de la oposición.
Por consiguiente, solo le queda a Pérez Muñoz una posibilidad: abrirse al diálogo y aceptar el debate de tú a tú, olvidando el ordeno y mando que tanto gustaba aplicar cuando tenía mayoría absoluta. De lo contrario. La travesía del desierto que le espera hasta el final de legislatura, ni va a beneficiar en nada a su carrera política y lo que aún es peor, perjudicará muy seriamente a los intereses de la mayoría de los galapagueños.