El cortometraje documental ‘Cabezas Habladoras’, parte del cual se rodó en la residencia y centro día ‘Los Llanos Vital’ de Alpedrete, se ha llevado el premio Goya al mejor cortometraje documental, lo cual ha ilusionado a cuatro de los residentes en el centro, como protagonistas de la película.
Según ha informado el Centro en un comunicado, “Cuando sonaron las palabras ‘el Goya es para Cabezas Habladoras’, una inmensa alegría corrió por todos los rincones de esta residencia. Los mayores no cabían en sí de gozo” al comprobar que el esperado galardón se lo llevaba el cortometraje en el que ellos habían participado.
Las residentes, Julia Olavide, Amparo Alarcón, Amelia Caro y Julia Domenech dieron su testimonio vital al director Juan Vicente Córdoba en este cortometraje documental en el que responden las preguntas del director “con una sinceridad y espontaneidad que provocan la complicidad con el espectador”.
El cortometraje se rodó en noviembre de 2015 y el director quiso compartirlo con los mayores en un pase especial que se realizó en el propio salón de la Residencia el pasado mes de julio. En el coloquio que se realizó una vez finalizado el cortometraje, Juan Vicente Córdoba respondió a las preguntas de los residentes, familiares e invitados que acudieron a la cita.
“Nos implicamos de lleno en el rodaje desde el momento en que la propuesta de formar parte de esta pieza llegó a la residencia. Ayudamos al director a elegir a aquellos mayores que más podrían encajar en la grabación y los fuimos preparando poco a poco para el rodaje; el día de la grabación sus respuestas fueron tan espontáneas que incluso sorprendieron al propio director”, ha afirmado el centro.
Sobre ‘Cabezas habladoras’
Dirigido y producido por Juan Vicente Córdoba a través de dos preguntas: “¿Tú quién eres?, y “qué quieres de la vida?”, los protagonistas de diferentes generaciones van dejando su testimonio vital. Personas de diferente edad, profesión, clase social, cuyos sueños y problemas van desgranándose para formar un mosaico de la vida humana.
Juan Vicente Córdoba decidió rodar en el momento en el que ingresaron a su madre en una residencia con un principio de Alzhéimer, tomando el filme como una dedicatoria a una mujer mayor, de más de 80 años que en el proceso de toda su vida había ido olvidando ciertos momentos.