Aunque en política todo es posible, a día de hoy no parece fácil que el alcalde de Galapagar, Daniel Pérez Muñoz, pueda ver hecho realidad, al menos a corto plazo, su sueño o como dice él, sus deseos de mantener un diálogo más fluido con la oposición, ni tampoco de consumar algún tipo de entendimiento. Así lo han manifestado reiteradamente los portavoces de Ciudadanos, PSOE, Cambiemos Galapagar e IU-En Común, que junto a la concejala no adscrita, elegida en los últimos comicios bajo las siglas de ‘Sí Se Puede’, suman once de las 21 acreditaciones de concejal de un Ayuntamiento gobernado en minoría durante este año y medio de legislatura por el Partido Popular (10 ediles). Tampoco parece fácil, que como pedía Daniel Pérez el pasado 2 de enero en rueda de prensa el regidor local, el grupo municipal de Ciudadanos (3 concejales) acepte entrar en negociaciones con el PP “a fin de sentarse en una mesa para poner ideas y proyectos en común porque no tiene sentido que un parrido que a nivel nacional o en la Comunidad de Madrid está yendo de la mano (¿?) del Partido Popular, en Galapagar sea esto totalmente inviable por una cuestión personal y en una oposición encasillada en el no por el no”.
Y todo esto ocurría poco después de que el portavoz de Ciudadanos, Felipe García hubiese dicho públicamente: “Nos disgusta sobremanera que por segundo año consecutivo el gobierno del Partido Popular haya sido incapaz de pactar ni una sola enmienda con ningún partido de la oposición. Tienen que ser sus presupuestos, sí o sí, y eso nos disgusta bastante”.
Coincidencia en las críticas
De forma similar se pronunciaba el concejal del PSOE, Alberto Gómez: “En Galapagar hay un secuestro de la democracia porque a la oposición no se le deja votar las enmiendas que presenta en los plenos”. Más lejos ha ido Raquel Almendros, portavoz de Cambiemos Galapagar, cuando dijo: “La calidad democrática que se está viendo en este municipio deja mucho que desear. Mi partido llevaba una enmienda en la que proponíamos dotar al presupuesto municipal de más personal en servicios sociales, biblioteca, una partida para desfibriladores, más gasto social, plan fomento de empleo y un plan de movilidad. El Equipo de Gobierno ha tenido un montón de propuestas de los grupos de la oposición y si no han querido incluirlas es porque no han tenido voluntad política. En cuanto al chantaje del alcalde al decir que o se aprobaban ‘sus’ presupuestos para 2017 o tendríamos que enfrentarnos a una moción de censura [propuesta que este periódico calificó de “brindis al sol], Raquel Almendros dijo: “Nos quiso tomar el pelo. El alcalde, mediante un ‘decretazo’ había mandado a una concejal al grupo de no adscritos, así que hasta tanto no se recurra esta decisión y haya sentencia firme, la moción de censura no será viable en este consistorio. Aun así, hay alternativas para desbloquear la situación, porque se puede gobernar en minoría mediante el diálogo, fomentando el consenso, ejerciendo así una manera limpia de gobierno. Pero en fin, esta situación lamentablemente no es nueva. Así llevamos desde que comenzó la legislatura. Creo que este es el único Ayuntamiento en el que el pleno no ha aprobado el sueldo de los políticos. Mantienen los salarios que el alcalde ha fijado por ‘decretazo’. Hemos llevado el asunto a la Fiscalía y estamos esperando a que esto termine en un contencioso”.
Por otro lado, Celia Martell, portavoz de Galapagar en Común-IU, al hacer referencia a los presupuestos de 2017, dijo: “El Partido Popular sacó adelante la moción de confianza y logró la aprobación de los presupuestos, el pasado 2 de enero, no por la abstención de Ciudadanos ni tampoco por la no asistencia al pleno del portavoz del PSOE, sino porque la moción de confianza no hubiera prosperado ya que se necesitaban 12 votos y eso era imposible desde que el alcalde, Daniel Pérez Muñoz, expulsó a las exconcejala de ‘Sí Se Puede’ al grupo de no adscritos. Lamentablemente vamos a seguir con la actitud autoritaria del PP, con sus estrategias poco legales, los recortes, los caprichos y las privatizaciones en vez de hacer una política que mejore la calidad de vida de los servicios básicos de los vecinos de Galapagar”.