Opinión

¿Remodelación, ajuste o crisis de Gobierno en Collado Villalba?

Otoño caliente

Por: J. J. Piensos

El Faro | Viernes 16 de diciembre de 2016
La Alcaldesa de Collado Villalba, Mariola Vargas (PP), ha decidido supongo que tras consultarlo con sus personas de confianza o ‘fontaneros’ anunciar con luz y taquígrafos y a modo de regalo de Navidad, la remodelación del Equipo de Gobierno que ella preside en minoría desde mayo de 2015. El hecho de cambiar responsabilidades entre los miembros del grupo municipal popular, entra dentro de las competencias de la alcaldesa, no olvidemos que nuestro régimen municipal es bastante presidencialista y otorga amplias facultades, tal vez demasiadas, a quien dirige y preside la corporación.

Hasta ahí, todo normal, pero la interpretación de los cambios hechos públicos por Mariola Vargas en una escueta nota publicada el pasado jueves y que entrarán en vigor el próximo uno de enero, entran dentro del terreno de la vida política en estado puro. De ahí que nos preguntemos si estamos ante una simple remodelación, un ajuste que busca una mayor eficacia en la gestión de gobierno municipal o, por el contrario, se trata de una crisis en toda regla que pone en evidencia la incapacidad del Ejecutivo popular para gobernar un Ayuntamiento tan complejo como lo es el de Collado Villalba.

Y para darle un poco más de pimienta al asunto, están los grupos de la oposición, incluido Ciudadanos, al que recientemente un edil comparaba con el perro del hortelano “porque ni gobiernan ni dejan gobernar, un ‘tic’ que evidencias no solo utilizan en este Ayuntamiento sino con el gobierno de Rajoy, en Madrid lo sufre Cristina Cifuentes y allá donde su condición de ‘bisagras’ les permita dar una de cal y otra de arena, a las dos a la vez. Su hipocresía política les lleva hasta tales extremos.

Se abre pues, en el entorno de la ‘Casa Grande’ villalbina, lo que bien podríamos calificar como lógicas especulaciones o a interpretaciones cabalísticas, pues lo que para la alcaldesa parece ser una simple reforma, para la oposición es una crisis. Y lo más sonrojante es que el PSOE, principal responsable de la ruina económica y social de este municipio se apunte a una interpretación que también debemos considerarla como normal, pues la insolencia de sus representantes (tres de ellos concejales de confianza durante años de José Pablo González), no tienen límites, rozando el cinismo, la desvergüenza y la insolencia, sobre todo cuando intentan defender lo indefendible de una gestión sin precedentes en la historia de la política municipal villalbina.

Y así estamos, con una crisis política galopante que no quiere reconocer el Ejecutivo, con un desgobierno preocupante donde el denominador común entre sus integrantes es mantener los 50.000 euros que tienen de sueldo al año (un buen salario, hay que reconocerlo, sobre todo en un país donde el salario mínimo recién aprobado apenas supera los 700 euros). Lo lamentable de todo este asunto, revanchas incluidas, es que suene demasiado a la vieja política, a las mismas palabras de siempre. Nada diferente a la arrogancia o a la defensa de intereses personales se vislumbra en el entorno de la Casa Grande villalbina, donde abundan las respuestas y frases cansinas, mientras el tedio se va adueñando de nuestros gobernantes, la deuda municipal se incrementa y la ciudad está cada día más sucia.