Collado Villalba

El Hospital de Villalba lleva a cabo con éxito sus dos primeros trasplantes de hueso y cartílago de rodilla procedentes de donante

Los primeros pacientes beneficiados por esta compleja intervención son personas jóvenes que sufrían importantes deterioros de la articulación, y que un día después de la operación ya estaban en sus casas

El Faro | Jueves 24 de noviembre de 2016
Un equipo de traumatólogos del Hospital General de Villalba ha llevado a cabo con éxito con dos pacientes sus primeros trasplantes de hueso y cartílago de rodilla a partir de tejidos de un donante. La técnica, denominada trasplante de aloinjerto osteocondral fresco de rodilla, “es poco frecuente en España y en toda Europa debido a su gran complejidad y a la dificultad para encontrar donantes adecuados”, explica el doctor Gonzalo Samitier, jefe de la Unidad de Miembro Superior, especialista en cirugía del deporte del Hospital General de Villalba y responsable del equipo quirúrgico en ambas intervenciones.

El trasplante osteocondral consiste en sustituir un área extensa enferma de hueso y cartílago de la rodilla, por hueso y cartílago sanos procedentes de un donante joven. “De esta forma se maximiza el éxito y la supervivencia de las células del cartílago, clave en este tipo de trasplantes; por ello el tiempo transcurrido desde el fallecimiento del donante hasta la realización del implante ha de ser menor de 14 días, no existiendo posibilidad de rechazo como ocurre con el trasplante de órganos”, explica el doctor Samitier.

El primer paciente que se han beneficiado de esta técnica ha sido un joven al que le había sido extirpado el menisco años atrás y que presentaba un importante deterioro de la articulación; dicho paciente precisó además la realización de un trasplante de menisco que le fue realizado en el mismo acto quirúrgico.

El segundo caso ha sido otro paciente joven, menor de 30 años, que padecía un defecto osteocartilaginoso de seis centímetros cuadrados como consecuencia de una necrosis ósea avascular de rodilla.

En ambos casos la operación fue un éxito, hasta el punto de que los pacientes recibieron el alta hospitalaria al día siguiente de la operación y pudieron volver a su casa.

El doctor Samitier, que se formó en esta técnica durante una estancia en Estados Unidos con el doctor William Bugbee, pionero de este procedimiento y una de las personas con más casos publicados y experiencia reconocida a escala mundial, cree que “son muchos más los pacientes que podrían beneficiarse de de esta técnica que los casos que finalmente se realizan”.

Según el especialista, esta intervención “es de alta precisión y resulta particularmente exigente desde el punto de vista técnico pero también desde el punto de vista logístico, pues requiere la colaboración de múltiples equipos y personas con un elevado nivel técnico y científico, así como el apoyo firme por parte del Hospital para poder soportar dicha infraestructura”.

Merecen, asimismo, un reconocimiento especial las familias y pacientes que acceden a la donación de tejidos, “ya que gracias a su generosidad, dan calidad de vida a un grupo de pacientes, generalmente jóvenes o muy jóvenes, con lesiones incapacitantes de rodilla para los que, en la mayoría de los casos, la única alternativa terapéutica es esperar hasta la prótesis”.

Una espera de varios meses
De hecho, estas intervenciones sólo pudieron llevarse a cabo tras una espera de muchos meses, hasta que por fin apareció el donante adecuado, según explica por su parte, Rosa Jiménez, coordinadora de Trasplantes del Hospital General de Villalba: “Hemos tenido que esperar varios meses hasta tener al donante idóneo para estos trasplantes, y por fin surgió en Baleares. Una vez que nos avisaron desde el Banco de Tejidos balear, que fue quien consiguió y procesó los injertos, tuvimos que organizar rápidamente ambas cirugías, el traslado de los tejidos a nuestro Hospital y el del instrumental preciso, que también es específico”.

Hay que tener en cuenta, además, que los tejidos se procesan “en fresco”, lo que supone una preparación muy diferente a la habitual en las donaciones de tejido osteotendinoso, que se criopreservan, es decir, se congelan.
“La donación de tejido osteotendinoso es mucho menos conocida que la de órganos sólidos, pero es fundamental, ya que gracias a este gesto altruista son muchas las personas que recuperan su salud cada día”, y suele tratarse en muchos casos de personas jóvenes que tienen muy mermada su calidad de vida”, añade Rosa Jiménez.

Por último, el doctor Samitier señala que esta técnica puede aplicarse también en otras articulaciones, siendo las más frecuentes, después de la rodilla, el tobillo y la cabeza del húmero.