“Este país está enfermo de odio y esa patología se traslada al Congreso y al Senado. El parlamentarismo agresivo y fanático se ha extendido a las tertulias de radio y televisión; circula la demagogia a granel, las estampidas y estrépito de los jabalíes. Desde hace casi un año, San Jerónimo no es una Cámara, sino un teatro de variedades, entre el absurdo y el pánico.”
El Faro | Miércoles 26 de octubre de 2016
Raúl del Pozo - Columnista del periódico ‘El Mundo’