La zona de la Estación cobró tanta importancia que estuvo a punto de segregarse del Pueblo
El Faro | Martes 09 de agosto de 2016
El crecimiento explosivo de Collado Villalba se genera a partir de la llegada del ferrocarril, lo que trajo consigo un desarrollo inusitado en el entorno de la estación. En 1860 se produce la venta por parte de este municipio de los terrenos del sitio de Navaluenga a la compañía de ferrocarriles. Se aporta una población nueva de trabajadores foráneos y también parte de la población que, por entonces, se dedicaba casi exclusivamente a la ganadería, la cantería y algo a la agricultura. En los años 80 la estación de ferrocarril se desdobló en un nuevo ramal correspondiente a la línea Segovia-Medina del Campo.
El crecimiento del que después sería conocido como barrio de la Estación (y así se denomina ahora) es enorme y nace un nuevo eje de desarrollo entre el núcleo antiguo y los terrenos próximos a aquella, viniendo a reformar con ello una antigua ruta medieval trasversal que comunicaba los pueblos del real, Este nuevo eje se llenaría de carreteras y conductores de ganado que embarcaban sus productos a través del moderno sistema del tren. Collado Villalba se convierte en punto imprescindible en las rutas serranas ya que se accedía en tren hasta esta la estación y se continuaba en carretera al resto de los destinos del entorno, La zona de la Estación llegó a cobrar tanta importancia que estuvo muy cerca de la segregación.
También fue el ferrocarril quien proporcionó el resurgir de las canteras. A ello contribuyó la construcción de una vía férrea secundaria de vía estrecha dedicada exclusivamente al transporte de piedra que desde Villalba cruzaba el término municipal de Moralzarzal y llegaba hasta las canteras de El Berrocal (Los Molinos), tal como les informábamos la semana pasada. El plano de población más antiguo nos muestra un núcleo urbano de población poco colmatado cuya extensión coincide con el actual casco histórico (Villalba-Pueblo).
El antiguo eje tenía como polos el Ayuntamiento y la parroquia. El entorno del Ayuntamiento se ha compactado más, aunque en el de la parroquia han ido surgiendo algunas nuevas manzanas hacia el noroeste donde se encuentra el cementerio. Al mismo tiempo van naciendo nuevas urbanizaciones como la de Mirasierra, la de la Trinidad, en el entorno de la Fonda del mismo nombre, junto a la antigua vía que une este núcleo urbano con el de Galapagar. Con ello el casco antiguo queda relegado por este desarrollo anárquico.
En 1880 entra en funcionamiento la nueva vía de ferrocarril Villalba-Segovia en la línea hasta Medina del Campo. Esto por un lado restaría importancia al municipio villalbino ya que localidades como Los Molinos, Guadarrama o Alpedrete contarían con sus propios apeaderos, pero por el otro convertiría en un importante nudo de comunicaciones y transbordos.
Mientras tanto en Villalba-Pueblo destacan dos edificios singulares, las escuelas de niños y niñas, cuyas condiciones higiénico-pedagógicas dejan bastante que desear; así también son conocidas la iglesia parroquial y la ermita de San Sebastián en regular estado, y el cementerio, mal cuidado. La población villalbina contaba en los albores del siglo con un médico y un veterinario, así como con farmacia. Pero los nuevos tiempos van requiriendo servicios y comunicaciones y un cambio profundo en cuanto a actividades tradicionales. Van desapareciendo las instalaciones agropecuarias rural-urbanas para dar paso a ‘hotelitos’, centros hoteleros y comercios, en respuesta a la demanda de la nueva población.
La guerra civil, tan devastadora en algunos núcleos serranos no fue demasiado virulenta en esta villa, al contrario que en otros pueblos del entorno, como Guadarrama. La política de ‘Regiones devastadas’ actúa reconstruyendo la parroquia (1943), momento que se aprovecha para la construcción de una nueva planta de un pequeño complejo auxiliar integrado en el propio recinto. A pesar de que el abastecimiento de agua ya se venía incorporando desde hacia cierto tiempo, es en 1954 cuando se puede considerar que todos los vecinos de este municipio cuentan con agua corriente en sus casas.
Mañana: El casco antiguo