El PP, según Galapagar en Común-IU, ha traído el caos y el descontrol al Ayuntamiento, y ha incrementando la deuda de la tesorería
El Faro | Viernes 17 de junio de 2016
Hace un año, dice Galapagar en Común-IU, volvía a ser nombrado Daniel Pérez Muñoz como alcalde de Galapagar y el PP formó gobierno. Desde que el regidor llegase al Ayuntamiento por una moción de censura, esta era la primera vez que lo hacía en solitario. Ya no hay ningún partido dispuesto a venderse.
Los primeros meses de legislatura estuvieron marcados por mucho desprecio del Ejecutivo popular hacia la oposición. Su táctica era comprar concejales por un sueldo, pero la oposición se unió para reclamar que se dejasen las tácticas caciquiles y que el gobierno se ajustase el sueldo a la media española. Hasta en cuatro ocasiones se ha llevado la propuesta de la oposición al pleno y el PP impidió que se votase, lo que demuestra que estos no están acostumbrados a dialogar.
La iniciativa de los populares consistía en subir hasta un 50 por ciento los sueldos de sus concejales y la oposición en consenso proponía bajarlo, una media del 20 por ciento, destinando el ahorro obtenido a políticas sociales.
La actitud dictatorial del PP
La falta de diálogo por parte del PP, sin una experiencia democrática y su desprecio a las instituciones locales, llevan a que lo que propone no salga adelante, pero tampoco las propuestas de la oposición, secuestradas por el alcalde con una clara actitud autoritaria.
Durante estos meses se ha conseguido aprobar mociones como “Un colegio San Gregorio cien por cien público y de calidad” que ha obligado al gobierno popular a arreglar y mantener este centro público al que tenía olvidado. “Locales gratis para la población”, `para que estos sean cedidos a las asociaciones y colectivos y puedan realizar en ellos sus actividades. “Cláusulas sociales en la contratación”, para que a través de los contratos del Ayuntamiento se genere empleo de calidad y establece. “Por la convivencia en la calle”, para dotar de más mobiliario y actividades al espacio público. Además se han llevado a los plenos varias iniciativas como “Presupuestos 2016” y un “Plan participativo y de regeneración democrática” que el gobierno de Pérez Muñoz ha impedido votar o no ha salido adelante.
Durante estos meses se ha constatado la falta de proyectos por parte del PP; su única propuesta en un año, ha sido una moción para que Otegui fuera declarado persona ‘non grata’ en Galapagar. El resto han sido temas administrativos y que, además, constataban el caos de su gobierno.
Un gobierno del caos
Durante estos meses, el equipo de des-gobierno de Daniel Pérez y el Partido Popular, casi provocan el cierre de las escuelas infantiles por falta de pago y han tenido que pedir varios créditos para abonar las facturas atrasadas y los sueldos de los trabajadores. Han dejado que caduquen algunos expedientes administrativos sin sanción para las empresas incumplidoras, han puesto en riesgo la salud de nuestros menores, han hecho contratos con empresas vinculadas con varias tramas de corrupción, como ‘Pokemon’, ‘Gürtel’ o ‘Púnica’, que para colmo han provocado problemas en el desarrollo de la actividad municipal, caso de las piscinas municipales adjudicada su construcción a una empresa de la trama ‘Pokemon’ y que no ha cumplido ni los plazos ni la calidad de las obras. En la actualidad en vez de las piscinas solo contamos con dos agujeros, eso sí, pero la empresa ha hecho caja y cobrado su parte.
Tampoco hay crédito suficiente para pagar la subida salarial que le corresponde a los trabajadores municipales, porque el PP impide votar esta propuesta y, los presupuestos correspondientes al año 2016, tampoco han sido aprobados, porque Daniel Pérez también impidió su votación.
Presupuestos prorrogados
Los presupuestos del 2015 están prorrogados en Galapagar. El motivo es que la oposición presentamos unos presupuestos alternativos, de consenso, justos y sociales en los que se aumentaba la inversión social, eliminado los caprichos del alcalde y contemplaba la moderación los sueldos políticos. Esto suponía una modificación de aproximadamente 800.000 euros. El alcalde, nuevamente, se opuso a votar la enmienda porque se le rebajaba el sueldo a su Equipo de Gobierno, pasando a cobrar cada uno de ellos, 2.500 euros mensures, una cifra más que decente.
En los presupuestos que proponía el Ejecutivo popular no se contemplaba la bajada de impuestos, más bien todo lo contrario, se buscaba ingresar más por el impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y, además, vender parte del patrimonio municipal para así equilibrar las cuentas.
En diciembre del año 2015 y marzo del 2016, se han pedido créditos por valor de cinco millones de euros para pagar facturas, sueldos y servicios privatizados. El Partido Popular se gastó más cuatro millones de euros en el nuevo Ayuntamiento y su capricho ha generado una deuda que heredarán las próximas generaciones. Se ha mantenido la política de derroche y deuda de los últimos 30 años. Y esta deuda compromete cualquier intento de bajar impuestos o tasas.
En siete años de gobierno del PP y Daniel Pérez como alcalde, la presión fiscal sobre la población ha aumentado una media de 120 euros anuales. El gobierno esgrimió que se subía para pagar las deudas que ellos habían contraído entre los años 2003 y 2007. Esta subida fue injusta, ya que quienes menos tienen pagan igual que quien más tiene.
Ahora el PP dice que quiere bajar los impuestos a las clases pudientes de Galapagar, a los grandes propietarios y pensamos que después puede subir las tasas para compensar esa bajada, Al final, los que menos tienen pagarán este desfase generado por las políticas llevadas a cabo por los gobiernos populares. Además, esta bajada del IBI a quien más tiene, es inviable por el incremento de la deuda. ¿Quién va a pagar el caos y el derroche del PP? La población trabajadora que verá aumentar la presión fiscal y tendrá cada vez peores servicios.
En Galapagar en Común-IU, creemos que este año de legislatura del Partido Popular ha sido idéntico a los anteriores, con la salvedad de que la nueva corporación municipal ha hecho que se note la falta de voluntad democrática de un alcalde caprichoso y derrochador que, en los últimos siete años, está llevando al caos a un municipio con grandes posibilidades, en el que la clase trabajadora está pagando el exceso de políticas antisociales y autoritarias.