¿Otro caso de transfuguismo en la Sierra?
El Faro | Viernes 13 de mayo de 2016
Ayer escribíamos sobre el caso, Mónica Díaz, la concejala de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Collado Villalba que, en el pleno celebrado el pasado 28 de marzo, votó en contra de sus compañeros de partido concretamente el punto relacionado con la ordenanza reguladora de la ORA y, también, del criterio mantenido por su grupo municipal en este punto del orden del día. Hoy, nos vamos a referir a otro caso de presunto transfuguismo, en esta ocasión protagonizado por Antonia Quispe, concejala de Galapagar y con un expediente abierto de expulsión por parte de su partido ‘Si Se Puede’, por el hecho de actuar de facto como edil de Cambiemos, dejando a un lado al partido con el que obtuvo la credencial, acusación que ella ha negado en una emisora local: “Yo sigo siendo concejala de ‘Sí Se Puede’ y seguiré trabajando por una política honesta. Los que me acusan, lo único que están consiguiendo es beneficiar al PP. ¿Por que me llaman tránsfuga?”, se pregunta Quispe. “Yo formo parte de Podemos desde el comienzo y jamás he incumplido la áreas encomendadas. No me plateo renunciar al acta de concejal; incluso llegado el caso de tener que pasar a concejala no adscrita, seguiría las directrices de ‘Si Se Puede’. Estos señores que se proclaman dirigentes del partido me están difamando. Creo que estar unida a la oposición en el Ayuntamiento no es un delito”
De ‘diputada’ a concejala
Antonia Quispe, fue número 12 de en las listas de Podemos-Madrid, en las pasadas elecciones generales al Congreso de los Diputados que encabezaron Pablo Iglesias, Carolina Bescansa e Íñigo Errejón y ha sido, según el periódico ‘Política Local’, la protagonista del último caso de presunto transfuguismo en la política madrileña. Expulsada del partido por el que concurrió a las pasadas elecciones municipales (24-M), bajo las acusaciones de “traición y deslealtad” a ‘Sí Se Puede’, Quispe ejerce de facto como concejal de Cambiemos, explican fuentes cercanas al consistorio galapagueño. “Que Antonia actúe como una concejal más de Cambiemos no es ningún secreto; está siempre con ellos y vota con ellos”, aseguran.
Antes de ir a las listas del Congreso Antonia Quispe lideró una de las cinco candidaturas que se enfrentaron a Pablo Iglesias en las primarias por la candidatura a la presidencia del Gobierno en Podemos. El mayoritario apoyo de los militantes a su fundador, frustró su aspiración presidencial.
Poco después de ser elegida como concejal en Galapagar, fue incluida en el puesto número 12 de la papeleta de la formación morada al Congreso de los Diputados, junto a algunos de los políticos más destacados del partido, como, Bescansa, Errejón, Irene Montero, Rafa Mayoral o Tania Sánchez
Rechazo de su partido
La situación de Quispe ha supuesto un drama para ‘Sí Se Puede’, un partido municipalista de izquierda que ha visto desaparecer su presencia en el consistorio de Galapagar después de que su única representante decidiera poco después de salir elegida, ignorara la formación que la aupó al puesto, según explican desde este partido “En un momento dado, decidió dejar de asistir a las asambleas; dejó de cogernos el teléfono y ni siquiera respondía a los emails”, aseguró Domnolo Gárate, presidente de ’Si Se Puede’, quien además ha afirmado que ‘Sí Se Puede’ está registrado como partido político y destaca la incongruencia en la que incurre Quispe “queriendo formar parte también de Podemos. Nos ha utilizado para entrar en la lista de Podemos, cuando para nosotros supuso un esfuerzo sacar la candidatura adelante”, explica con desazón
A pesar de lo sucedido en los últimos meses, Garate ha dicho que “Nosotros queremos que coja una postura. Ya sea volver a participar en ‘Sí Se Puede’, o irse a Cambiemos o a Podemos”
Antonia Quispe fue candidata a la alcaldía de Galapagar por ‘Sí Se Puede’, partido que obtuvo un solo acta de concejal en las elecciones celebradas el 24 de mayo de 2015 tras conseguir el respaldo de 737 votantes (5,13%). La formación ha hecho público un comunicado acusando a Quispe de “abandono de sus obligaciones y deslealtad hacia sus votantes”, añadiendo que su representante “ha manipulado sus obligaciones y sus compromisos con los votantes de nuestro partido, traicionando el más elemental principio democrático como es el respeto a la voluntad popular y vulnerando el derecho a la participación política de los ciudadanos, como contempla el artículo 6 de la Constitución”
La conducta de esta concejala podría entrar en conflicto con el código de conducta de Podemos que en el punto siete, destaca que sus miembros se comprometen a “rechazar” el transfuguismo. Por otro lado, el pacto antitransfuguismo define como tránsfugas a aquellos “representantes locales que, traicionando a sus compañeros de lista y/o de grupo o apartándose individualmente o en grupo del criterio fijado por los órganos competentes de las formaciones políticas que los han presentado, o habiendo sido expulsados de estas, pactan con otras fuerzas. Y matiza: Cuando surgieran dudas sobre qué miembros de una lista y/o grupo político han incurrido en transfuguismo, será la formación política que los ha presentado la que debe aclarar por escrito señales de ellos se han apartado de la disciplina del partido, a efectos de su clasificación como tránsfugas”