Toros

Dos grandes novilladas en la feria taurina de Moralzarzal

ALFREDO FERNÁNDEZ | Viernes 02 de octubre de 2015
La feria de Moralzarzal posiblemente será una de las más redondas de este 2015. El viernes y el sábado se lidiaron dos bravas novilladas, empezando por el hierro de Hermanos González Rodríguez, divisa que volvía a esta plaza, y que presentó un gran lote, con un novillo premiado con la vuelta al ruedo. Si eso fue el viernes, al día siguiente fue el turno de la ganadería de Ignacio López Chaves, que sacó una novillada excelentemente presentada, con otro astado de bandera, dentro de un conjunto extraordinario. Luis David Adame, Juan Miguel o Alejandro Fermín cosecharon grandes triunfos ante estas novilladas de tan alto nivel y gustaron al mucho público que se volvió a concitar en Moralzarzal para ver su feria del Frascuelo de Plata.

Se concedieron más orejas de la cuenta, lo que no corresponde, a veces, con lo que ocurre en el ruedo. Esperemos que después de estos éxitos y con el aval de los grandes resultados de este año, al nuevo alcalde no le tiemble el pulso, siga apostando por los toros y en 2016 celebre no tres, sino cuatro novilladas, como venía siendo habitual en este municipio serrano.

La feria arrancó el viernes 25 de septiembre con una novillada desigual de morfología de Hermanos González que volvió tras varios años sin estar anunciada. El conjunto resultó encastado, con muchos matices y todos con interés. Bravo fue el tercero, de nombre Chitón, en tipo de Santa Coloma y que destacó por su bravura en el caballo, humillación, clase, temple y calidad. Luis David Adame le cuajó en los tres tercios y dejó un quite a cámara lenta. Entendió al novillo toreándole muy despacio, templado y muy por abajo. Hubo una comunión entre este bravo novillo y el novillero mexicano, que se encontró muy a gusto. El publicó pidió el indulto y si no volvió al campo fue porque se vino a menos. Justa vuelta al ruedo a Chitón y dos orejas para Luis David Adame. Volvió a estar decidido y valeroso ante el sexto, otro novillo potable al que toreó con recursos y dominio. Se sobrepuso a una voltereta y cortó un trofeo.

El lote de Ángel Sánchez resultó encastado y con mucho que torear. Bien se mostró ante su primero, un novillo con raza. Estuvo firme de plantas y queriendo torear con aplomo. Mató de una buena estocada y paseó un trofeo. Estuvo a punto de cortar otro del quinto, al que había que exponerle mucho para que sacara el buen fondo que tenía. Faena a más que tuvo un cierre muy explosivo tras sufrir una espectacular voltereta. Los fallos con el acero le impidieron tocar pelo. Miguel Maestro se fue de vacío tras dos faenas con poca sustancia; en todo caso, mejor lo que hizo frente a su primero.
El sábado 26 se vio un gran espectáculo gracias a la bravura que derrocharon los utreros de López Chaves. Juan Miguel cortó cuatro orejas y un rabo, algún trofeo de más, pero aunó ganas y deseos de justificarse. Su primero tuvo profundidad y le realizó una labor ligada y entregada bien coronada con el acero. El quinto, de nombre Catetón, fue un animal encastado y bravo para el que se pidió el indulto y al final se le dio la vuelta al ruedo. Volvió a realizar Juan Miguel un trasteo reunido y vibrante, pero a menos en su tramo final. El ejemplar se rajó un poquito y por eso no volvió al campo. Tras un pinchazo, el de Colmenar de Oreja hundió el acero.
Alejandro Fermín fue otra de las sensaciones de la feria. Cortó dos orejas del sexto, pero pudo sumar otras dos del tercero de no errar con la espada varias veces. A éste le realizó una faena asentada y de mucho valor, usando la mano izquierda con mucha despaciosidad. Hubo dos circulares al final de mucha intensidad. Luego lo emborronó.
Ante el sexto, un ejemplar serio y con poder, se jugó la vida. No dudó en ningún momento y tragó en su inicio para hacer romper al novillo. Hubo verdad en su labor y el público lo apreció. Las manoletinas muy ceñidas y la buena estocada le hicieron acreedor de las orejas.
El festejo más plano tuvo lugar en el cierre de la feria, el domingo 27. La novillada de Brígida Díaz Guerra no estuvo bien presentada para esta plaza, el juego fue decepcionante por su falta de raza y su poco lucimiento. Se concedió alguna oreja de tono generoso. Miguel Ángel León, que sustituía a Ignacio Bonmatí, cortó una a cada uno de sus oponentes por dos faenas de raza y de sobreponerse a su lote. También hizo un esfuerzo Jorge Isiegas, que estuvo por encima de su primero, del que se llevó un trofeo. Pudo sumar alguno del sexto de haber estado acertado con la espada. Amor Rodríguez puso voluntad, pero se marchó de vacío de una feria que tuvo este lunar negro.