JAIME FRESNO | Viernes 02 de octubre de 2015
La Junta Directiva del CUC Villalba rescindió este martes de forma unilateral el contrato suscrito en 2013 con Futsmile. La drástica decisión se produjo doce días después de que la empresa gestora aireara vía comunicado en las redes sociales sus desavenencias con el presidente, Juan Antonio Muñoz, y pidiera una auditoría de cuentas más la dimisión en pleno de la directiva, supuestamente por obstaculizar su tarea gestora, ocultando que la deuda real del club era superior en casi 100.000 euros a los números que le fueron entregados al comienzo de su gestión.
La Junta, en silencio institucional hasta este martes, se había reunido el pasado viernes para perfilar una estrategia y, de acuerdo con el plan de su servicio jurídico, actuó enviando un burofax a la empresa con la rescisión del contrato y una nota a los medios de comunicación informando tanto de ello como de la próxima convocatoria de una asamblea extraordinaria, además de reuniones con los padres de los jugadores de la cantera.
Ya por la tarde, se desató la tormenta: presidente y directivos comparecieron en el entrenamiento del primer equipo para comunicar in situ la decisión a los jugadores. Como quiera que horas antes miembros de la empresa se habían anticipado a ese movimiento, con reuniones a pie de campo con padres de canteranos, algunos de éstos lanzaron improperios y amenazas contra el presidente. Responsables de Futsmile señalaron a El Faro del Guadarrama que Juan Antonio Muñoz echó de malas formas a miembros de la plantilla como el preparador físico de la empresa, David García. En pleno conflicto, el nuevo entrenador fichado el miércoles 23 de septiembre, David Manchón, dimitió en el acto tras sólo cuatro días habiles de trabajo.
Ya sin Futsmile ejerciendo el control deportivo, el CUC Villalba anunció en la noche del miércoles el fichaje del ex entrenador del Torrelodones, Borja Fernández-Blanco, de su ayudante, Carlos Arteaga, y del preparador físico, Santiago Herrador, quienes, al cierre de esta edición, trabajaban en revertir la situación de huelga de sus nuevos jugadores, tras un anuncio conjunto de plante.
Otra de las consecuencias del particular martes negro del CUC Villalba, aún más importante, es la división de la cantera, con decenas de familias partidarias de Futsmile dispuestas a abandonar el club.