El Faro | Viernes 02 de octubre de 2015
“Después de una década compartiendo con todos ustedes la actualidad informativa de nuestra ciudad, ahora truncada por la decisión irreversible tomada por esta empresa editora de cerrar el periódico (ver editorial en página 3), he de poner el punto y final a esta columna donde semana a semana he intentado comentarles, con mayor o menor fortuna, los aconteceres más importantes de este municipio.El objetivo de esta maravillosa aventura pasaba por convertir a Lobo Cojo en la voz que denunciara la injusticia, el despilfarro y la prepotencia mostrada por aquella clase dirigente dispuesta a convertir nuestra ciudad en su ‘cortijo’, poniendo el Ayuntamiento a su servicio en vez de al de todos los villalbinos. Sabíamos que el proyecto era arriesgado y lo comprobamos al ver cómo se nos iban cerrando algunas puertas, lo que unido a la crisis económica en general y, en particular, la del sector publicitario, aceleró este traumático cierre que deja a nuestra comarca sin otro de sus grandes referentes.“Ya no hace falta matar al mensajero porque este se va a morir solo”, me decía no hace mucho un amigo para intentar disipar mis miedos. Y tenía razón: el cierre en los últimos años de decenas de cabeceras, con miles de periodistas en el paro, pone en evidencia la grave crisis por la que atraviesa este sector. Bien, dicho lo dicho, no quisiera irme sin antes mostrar mi más sincero agradecimiento a todas aquellas personas que durante estos años han tenido la santa paciencia de leerme; a aquellos que debatieron con respeto el contenido de mis comentarios y, también, a los que los criticaron con educación. Gracias a todos y hasta siempre”.