Daniel de Andrés | Lunes 21 de septiembre de 2015
Tras 21 etapas y 3.357 kilómetros, el italiano Fabio Aru se coronó el pasado domingo como vencedor de La Vuelta a España 2015 por delante del español Purito Rodríguez y el polaco Rafal Majka. La carrera terminó en Madrid tras tres semanas de viaje, en las que se llegan a movilizar más de 2.000 personas para poder llevarla a distintos puntos de la Península Ibérica; un equipo conformado por montadores, animadores, azafatas, deportistas, invitados, coordinadores… Su presencia convierte una competición deportiva en una gran máquina de hacer dinero.
Hace tiempo que las carreras profesionales pasaron a ser gestionadas por empresas privadas, dejando a las federaciones deportivas únicamente el aspecto disciplinario de la prueba. Así, la Vuelta a España es gestionada por Unipublic, perteneciente al grupo ASO (organizador del Tour de Francia); esta compañía diseña el recorrido, gestiona los patrocinadores y comercializa los derechos de televisión, entre otras tareas. Se encarga de todo lo que rodea la competición deportiva; así, estas semanas se han podido contratar servicios como “Su Vuelta”, en el que cualquier persona podía recorrer 10 kilómetros de la etapa acompañada por un coche oficial, previo pago de 7.000 euros para grupos de 20 personas.
Sin los patrocinadores, la organización de estos eventos sería inviable. En el caso de La Vuelta, conforman un convoy de marcas presentes al inicio y al final de cada etapa; la marca Bic ha estado presente en 2015 y su mascota tenía corazón villalbino. Se trata de Gorka Sánchez, quien ha vivido desde dentro el desarrollo de una competición deportiva del máximo nivel; una experiencia que califica como “muy dura, debido a que se trabajan muchas horas y hay que realizar traslados a diario”. Durante estas tres semanas, ha descubierto parte de las ciudades donde paraba la carrera, al tiempo que conocía lo mejor y lo peor del ser humano. Entre lo primero, se lleva amistades procedentes de otras comunidades autónomas y países y el haber compartido momentos de cerca con deportistas de alto nivel; en el apartado negativo, haber descubierto lo maleducada que puede llegar a ser la gente cuando se les ofrece algo gratis. Una experiencia, en la que también ha trabajado de azafato, que “repetiría” sin dudarlo.
La movilización de este operativo garantizaba un empujón económico a aquellas localidades en las que paraba, aunque centrado casi en exclusiva en el sector hostelero. La penúltima etapa salió el sábado desde San Lorenzo de El Escorial, donde el aumento de negocio fue desigual entre los distintos sectores. Los bares de la zona sí notaron un aumento de la clientela en las primeras horas y responsables de establecimientos como La Chistera y Cafetín Croché lo reconocían: “Ha habido muchísima más gente hoy que los días normales”. El contrapunto lo ponían otros sectores; Nuria, del centro óptico BSA, lamentaba que no habían notado nada: “Sólo por fuera y ahora después de la salida, que ha venido más gente al centro”. Ya se sabe, nunca llueve a gusto de todos, pero parece complicado que estos eventos de un día puedan repercutir en más sectores que el hostelero.
La etapa (más información en la página 14, en la sección Deportes) terminó en Cercedilla, con el triunfo de Rubén Plaza y la actuación destacada del sanlorentino Carlos Verona, que horas antes tomó la salida con el pañuelo de serrano, en un guiño a la Romería en honor a la Virgen de Gracia, patrona del Real Sitio, que se celebró el domingo.