El Faro | Jueves 03 de septiembre de 2015
Hace unos días se conocía el nuevo despido de varios vigilantes de seguridad del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, sumándose a los que ya se produjeron hace unas semanas. Se da la circunstancia además de que sus puestos son cubiertos en muchos casos por personal de Metro de Madrid, ya que la empresa encargada de la seguridad es la misma, por lo que la situación roza el absurdo. Obviamente, no es Patrimonio Nacional quien despide, pero el organismo público en ningún caso puede mirar hacia otro lado, como tampoco lo debe hacer el Ayuntamiento. Urge tomar medidas concretas e inmediatas para hacer frente a esta situación.