El Faro | Viernes 17 de julio de 2015
La celebración el lunes en San Lorenzo de El Escorial del último de los plenos de organización y funcionamiento que quedaban en los ayuntamientos nuestra comarca -agotando el plazo de un mes desde la investidura- vino a certificar que ha llegado el momento de pasar de las musas al teatro. En ese tránsito habrá de verse la verdadera capacidad de cambio, más allá de las buenas intenciones, de las declaraciones y de unos programas electorales que difícilmente se podrán cumplir en su integridad dada la inestable y heterogénea composición del Equipo de Gobierno. La propia alcaldesa reconocía en esta sesión plenaria que su intención era la de haberse bajado el sueldo aún más (cobrará 44.000 euros brutos al año, un 35% menos que su antecesor, ahora jefe de filas del PP en la oposición), pero que no había podido hacerlo ya que, de aplicar la reducción a la mitad que Vecinos llevaba en su programa, cobraría menos que algunos ediles de su propio Ejecutivo que, al parecer, no estaban dispuestos a que la rebaja fuese mayor.
El pleno sirvió también para comprobar la fragilidad de algunas afirmaciones realizadas a lo largo de las últimas semanas, algo que el ex regidor, José Luis Fernández Quejo, aprovechó para acusar al portavoz del PSOE y primer teniente de alcalde, Francisco Herraiz, de “engañar a los vecinos”, dado que pasadas las elecciones, cuando se iniciaban las negociaciones de cara a la investidura, aseguró a bote pronto que, si su grupo asumía tareas de gobierno, los ediles socialistas no tendrían remuneración alguna. Un mes después, lo cierto es que las retribuciones están ahí y que la rebaja respecto a lo que cobraban los tenientes de alcalde y concejales la pasada legislatura es de un 10%, muy por debajo del recorte aplicado en el caso de la nueva regidora sanlorentina, demostrando una vez más que los hechos acaban imponiéndose a las palabras, por muy contundentes que éstas pudieran parecer en primera instancia.
En cualquier caso, el tema de los sueldos -como ya hemos comentado en este espacio en anteriores ocasiones- se presta a una demagogia de trazo grueso que puede acabar desviando la atención de otras cuestiones. Sin un programa conjunto y definido para toda la legislatura (aunque sí se han fijado las primeras iniciativas de gobierno), el Ejecutivo de Vecinos, PSOE, En Común y Pueblo San Lorenzo -sin olvidar el papel que en este equilibrio de fuerzas han de jugar los otros dos grupos que apoyaron la investidura, Ciudadanos y Sí Se Puede- se enfrenta ahora a la realidad de la gestión municipal, con el añadido de que los vecinos demandan la transparencia que todos los grupos han prometido reiteradamente. En breve llegan las fiestas, con la papeleta de cerrar el programa en poco más de un mes, pero será en otoño, con la redacción y presentación de los presupuestos para el próximo ejercicio, cuando el recién estrenado Gobierno se someta a su primer gran examen.