Rafael Simancas, durante la entrevista en su despacho en la sede del Partido Socialista de Madrid (Foto: RICARDO MIGUEL PEÑA)
ENRIQUE PEÑAS | Miércoles 22 de octubre de 2014
A falta de mes y medio para el 27-M, Rafael Simancas, candidato socialista a la Presidencia de la Comunidad, hace números. Y asegura que le salen las cuentas, sobre todo si la participación es elevada. Ése es su principal reto: movilizar al electorado. Y en eso está, aunque en el camino se encuentre con alguna que otra china (la renucia de José Caballero, alcalde de Alcobendas y uno de los principales baluartes del PSOE, a presentarse a la reelección). Entre tanto, el secretario general de los socialistas madrileños descansa lo justo y afronta ya la recta final de cara a los comicios de mayo, haciendo hincapié en la necesidad de defender los derechos de los madrileños.
¿Cómo se enfrenta a esta nueva cita con las urnas?
Con mucha ilusión. Ésta es una región con grandes oportunidades, que crece mucho, pero que vive una paradoja: el crecimiento es importante, pero de hecho beneficia a muy pocos. La educación no mejora, la sanidad empeora, el transporte sigue sumido en el atasco continuo… ¿A qué aspiramos nosotros? A resolver esta paradoja, que el crecimiento económico se transforme en bienestar y calidad de vida para la mayoría. Que además de crecer, nos desarrollemos, tengamos mayor cohesión social, más bienestar y mejores servicios públicos. Yo creo que hay una mayoría de madrileños que apuesta por el cambio.
¿Cree que las perspectivas del PSOE son mejores ahora que hace cuatro años?
Yo interpreto que sí, pero el resultado electoral va a depender en buena medida de la participación. Con unos niveles altos, el PSOE gobernará la Comunidad; y si son bajos, probablemente el cambio vaya a tener más dificultades. De ahí la apuesta del Partido Popular por una participación baja. El secretario general del PP, Francisco Granados, ha llegado a invitar literalmente a los electores socialistas a quedarse en casa el 27 de mayo comiendo paella, más claro no se puede decir. El PP necesita que los ciudadanos con valores progresistas no vayan a votar. Es una estrategia un tanto lamentable y triste; probablemente todos estos gestos de crispación tienen que ver con eso, con una estrategia de amedrantamiento y desmovilización, pero además de ser lamentable es ineficaz, porque los ciudadanos madrileños son maduros políticamente y van a acudir a votar el 27 de mayo.
¿El gran reto del PSOE pasa entonces por lograr la movilización de los votantes de izquierda?
El gran adversario político del cambio en Madrid, del PSOE, es la abstención. Lo digo con toda claridad. Si en todos los municipios y distritos de la Comunidad se votara con el mismo nivel de participación, por ejemplo el 70 por ciento, el PSOE obtendría mayoría holgada, pero se da la circunstancia de que en los barrios donde predomina el voto conservador los niveles de participación se acercan al 80 por ciento, y en otros donde es mayor el voto progresista la participación es más baja, apenas pasa del 60. Yo creo que los ciudadanos madrileños saben lo que se juegan en estas elecciones. Y con un nivel por encima del 75 por ciento habrá gobierno socialista en la Comunidad de Madrid, sin ninguna duda.
¿Pactando con Izquierda Unida?
Tenemos la obligación de aspirar a tener mayoría por nosotros mismos y formar un gobierno socialista, pero yo lo he dicho, y lo vuelvo a mantener con toda honestidad: si en el Parlamento regional hay una mayoría de diputados progresistas, pediré el respaldo en la investidura para formar un gobierno de izquierdas.
En el que será su lema de campaña apelan a los derechos de los madrileños... Considera que ha habido un retroceso en este capítulo?
Entiendo que sí. Cuando desde el PSOE vemos una necesidad, contemplamos una oportunidad para ejercer un derecho, mientras que el Partido Popular contempla una oportunidad de negocio. Para el PP, la educación, la vivienda, la sanidad, la atención a los mayores son mercancías que se compran y se venden al mejor postor. Y para nosotros esos temas constituyen derechos, y los derechos no se compran ni se venden, sino que se reconocen y se consolidan. Por eso nuestro lema es Defiende tus derechos. Entendemos que en estos momentos la gestión del PP ha puesto en peligro muchos de estos derechos básicos. La educación se está convirtiendo en un factor de discriminación social: el que tiene dinero lleva a sus hijos a un colegio de pago con garantías, y el que no, lo hace a un centro público, con serio riesgo de fracaso escolar. Están desmantelando el servicio público sanitario, privatizando los nuevos hospitales. Al final tendremos que entrar con la tarjeta de crédito en vez de con la sanitaria.
El candidato socialista en la capital, Miguel Sebastián, decía hace poco que el PP se ha centrado mucho en las infraestructuras, con la M-30 como proyecto más significativo, y menos en las personas... ¿Comparte este diagnóstico?
Sí. Hemos tenido gobiernos para el ladrillo y el hormigón, y ahora hace falta un ejecutivo que se ocupe de las personas, de la salud, de la educación, de la conciliación de la vida laboral y familiar, de la accesibilidad a la vivienda… Hemos invertido 10.000 millones de euros en infraestructuras de transporte en la Comunidad de Madrid en las últimas dos legislaturas, y estamos invirtiendo más de 5.000 millones en Madrid capital para enterrar el atasco, no para acabar con él… Es muchísimo dinero. ¿Qué se podría haber hecho con esos 15.000 millones de euros? Mucho, pero entre el ladrillo, el hormigón y la propaganda se han ido buena parte de nuestros recursos.
Esta misma semana ha tenido lugar una huelga en Atención Primaria convocada por la Plataforma 10 Minutos. ¿Cuál es su compromiso en esta materia?
Qué menos de 10 minutos para atender con dignidad a un paciente. Me he encontrado con médicos de familia que tienen que atender en dos horas y media a 83 personas, es un caso real. El refuerzo de la Atención Primaria es la clave para la mejora del sistema sanitario madrileño en general. Cuando falla este capítulo, lo hace el resto. Y al revés: si conseguimos que mejore, descongestionaremos los centros de especialidades y acabaremos con la saturación de los hospitales.
Y sin embargo, el Gobierno de Esperanza Aguirre defiende su esfuerzo con cifras: ocho hospitales y más de 50 centros de salud...
Las cifras no son así. Lo que han hecho es rehabilitar, remozar, remodelar, pintar la fachada de unos cuantos… y con eso han intentado cubrir el expediente. Queda mucho por hacer; hay que incorporar muchos profesionales, médicos y enfermeras, más tecnología de diagnóstico, hay que reforzar las urgencias para que los ciudadanos no acabemos yendo a los hospitales al menor problema. Es verdad que Esperanza Aguirre ha impulsado la construcción de los nuevos hospitales, que yo también llevaba en el programa, pero lo ha hecho en unas condiciones muy arriesgadas, porque esos hospitales, que a nadie se le olvide, son de propiedad privada; no son de los ciudadanos de Madrid, sino de unos determinados empresarios. Hay un serio riesgo de que se atienda antes el negocio de unas cuantas empresas que la salud de los ciudadanos.
En lo que sí coincide con el PP es en el compromiso para construir un hospital en Villalba. ¿Hay alguna diferencia esencial con el proyecto de Esperanza Aguirre?
Bueno, nosotros lo planteamos primero. Y estamos proyectando para Villalba, y construiremos, un gran hospital público, con una dimensión adecuada, cerca de 300 camas, con los quirófanos precisos y la cartera de servicios que corresponde a un centro de una envergadura considerable, por ejemplo con radioterapia oncológica. Y un hospital, eso sí, de gestión pública, que trate a todos los ciudadanos con calidad y con equidad. ¿Esperanza Aguirre se ha comprometido a esto? No ha aclarado cuál va a ser la dimensión, la naturaleza jurídica y la titularidad de ese hospital, y alguien debería preguntárselo.
Otro de los grandes caballos de batalla del PSOE ha sido el del urbanismo, con la mirada puesta especialmente en la Sierra y la zona Noroeste...
Sí, porque se trata de que el suelo sirva para atender las necesidades de la gente y no sólo para enriquecer a unos pocos. Hay que combatir la especulación, construir vivienda protegida y preservar nuestros espacios naturales. Los planeamientos que se están haciendo actualmente en Las Rozas, Torrelodones, Moralzarzal o Galapagar no cumplen con los mínimos requisitos de sostenibilidad y sometimiento al interés general que nosotros planteamos. Lo que se plantea en muchos de estos casos es absolutamente indecente, tanto que los concejales del pp en estas localidades, como ha ocurrido en Galapagar o Torrelodones, acaban absolutamente divididos.
En algunas de estas localidades están surgiendo distintos grupos políticos como consecuencia de movimientos ciudadanos y ecologistas... ¿Teme que esta situación pueda dividir el voto de la izquierda?
Yo creo que no. El PSOE representa una apuesta por un urbanismo de interés general, sostenible y decente. Somos un partido ecologista, comprometido con la preservación del medio ambiente, y la manera más eficaz de combatir el urbanismo depredador es apostar por la fuerza política que va a tener capacidad para parar al Partido Popular, en los ayuntamientos y la Comunidad de Madrid. Estoy convencido de que los ciudadanos van a votar de manera útil y eficaz.