El Faro | Viernes 05 de junio de 2015
Auna semana del pleno de investidura en los ayuntamientos, son muchas las incógnitas que aún no se han despejado en los municipios de nuestra zona. En realidad, no se puede dar por hecho prácticamente nada, aunque hay casos en que, más allá de las negociaciones, la cuestión está en cómo se configura el nuevo gobierno municipal. Así ocurriría en Moralzarzal, donde la opción del tripartito es la única que está sobre la mesa, de manera que quedaría por resolver si se materializará en un Ejecutivo a tres bandas (VMP!, Moralzarzal En Común y PSOE), o bien se trataría de un acuerdo para la investidura, para después ir trabajando a partir del diálogo y las coincidencias programáticas. La otra alternativa, que pasaría por un gobierno en minoría del Partido Popular, sería una sorpresa mayúscula, especialmente teniendo en cuenta el entendimiento que ha habido entre las tres mencionadas formaciones en distintos temas a lo largo de los últimos meses.
En cualquier caso, tanto aquí como en otros municipios, los partidos tienen ante sí una responsabilidad que han de asumir con determinación. Si a lo largo de la campaña electoral nos encontramos con que participación y transparencia eran dos de los conceptos más utilizados, éste es el momento de ponerlos en práctica. Que las negociaciones han de mantenerse en privado es algo que parece lógico (aunque Sí Se Puede San Lorenzo ha puesto como uno de los requisitos en este proceso la grabación de las reuniones y difusión de las mismas en plataformas digitales, como ya ha ocurrido en sus encuentros con PSOE y Vecinos), pero es absolutamente necesario que los ciudadanos puedan conocer de forma clara los términos y contenidos de los hipotéticos acuerdos que se alcancen. Aún está cercano el caso de Galapagar, cuando tras las elecciones de 2007 PSOE, Izquierda Unida, Plataforma de Vecinos y Foro Verde cerraron un pacto sin que se hiciese público el programa. Meses después, la paralización municipal y las discrepancias internas hicieron que se rompiese el cuatripartito, cuya defunción quedó certificada en la moción de censura que salió adelante a principios del otoño de 2008.
Por otra parte, las distintas fuerzas que han obtenido representación tras los comicios del pasado 24 de mayo también deben hacer una lectura de los resultados electorales que vaya más allá de sus intereses partidistas. Y esto pasa de forma inevitable por estudiar a fondo los equilibrios políticos que puedan establecerse, que en determinados casos parecen más un ejercicio de funambulismo en el que la gobernabilidad, y por tanto el interés general de los vecinos, parece quedar al borde del precipicio.