Sólo Torrelodones (VxT), Collado Mediano y Los Molinos (PP) escapan a la necesidad de pactos o apoyos puntuales. El PP se queda con un apoyo medio de entre el 30 y el 38%, mientras que el PSOE cae al 15-20%
El Faro | Viernes 29 de mayo de 2015
El mapa político en la Sierra de Guadarrama tras las elecciones del pasado domingo continúa pintado de azul en buena parte de las localidades, aunque tras los plenos de investidura fijados para el próximo 13 de junio lo cierto es que serán menos las alcaldías que estén en manos de los populares, que además tendrán que alcanzar pactos o bien gobernar en minoría en muchos casos, después de unos cuantos años de mayorías absolutas.
En un contexto en el que el PP ha perdido su hegemonía incluso en feudos clásicos del Noroeste como Las Rozas o Majadahonda, la Sierra no escapa de esta situación, por lo que negociación, diálogo y acuerdo son tres términos que van a formar parte del vocabulario habitual en las corporaciones locales durante los próximos años.
La bajada del PP ha sido generalizada, aunque en unas localidades ha experimentado un mejor comportamiento que en otras: es el caso, por ejemplo, de Galapagar, con un apoyo por encima del 38%, superando las cifras a nivel regional; algo parecido ocurre en El Escorial (en este caso, situándose en el 37%), aunque aquí la continuidad de los populares en el gobierno podría estar más comprometida. En cambio, en el vecino municipio de San Lorenzo, el PP retrocede de forma muy significativa, quedándose apenas en el 28% (20 puntos menos que en 2011), por debajo de los resultados en las papeletas salmón de las elecciones autonómicas. La fragmentación del voto ha hecho que sean ocho las fuerzas que tengan representación en el Consistorio gurriato -récord en la Comunidad de Madrid-, lo que abre un escenario de notable inestabilidad. Tampoco será fácil la gobernabilidad en Valdemorillo y Colmenarejo, con siete y seis grupos, respectivamente.
Donde con toda seguridad habrá cambio de rumbo es en Moralzarzal, ya que el acuerdo a tres bandas entre Vecinos, En Común y PSOE se da por hecho desde hace tiempo, acabando con los 20 años de gobierno de José María Moreno.
En caída libre
Por otra parte, y más allá del retroceso del que hablábamos, la situación para los populares se agrava en casos como los de Guadarrama o Torrelodones. En el primero de estos municipios, continúa la caída libre del PP, por lo que las heridas de su crisis parecen lejos de cerrarse; en el segundo, la bajada se convierte en absoluto descalabro: no sólo es que pase de 10 a 6 concejales, sino que no tiene ninguna opción de formar gobierno, cosechando sus peores resultados en 30 años, lo que obliga a este partido a buscar soluciones de forma urgente. En Torrelodones encontramos además el mejor ejemplo de cómo el desencanto de la ciudadanía se ha traducido en una masiva pérdida de apoyos a los grandes partidos, aquí reducidos a su mínima expresión tras la contundente victoria de VxT.
Candidaturas nacidas de vecinos -en algunos casos partiendo de asociaciones-, sin una adscripción ideológica concreta, están creciendo de forma exponencial. Vecinos por Torrelodones, que nació de TorreNat, es el ejemplo paradigmático, realizando primero una intensa labor de oposición, para en 2011 alcanzar en gobierno y ahora, cuatro años después, lograr unos históricos resultados. Otros grupos, con denominaciones parecidas (Vecinos San Lorenzo, Vecinos por Moralzarzal, Vecinos por Navacerrada, etc.), han tenido un notable estreno en estos comicios y están llamados a jugar un papel muy relevante en la legislatura que ahora comienza, dando cuenta de la nueva etapa que se abre en la vida política también a nivel municipal.
Fuerzas emergentes
En este análisis del 24-M, hay que hablar también de la irrupción de los partidos emergentes: Ciudadanos, que obtiene representación en la mayoría de los municipios donde presentaba candidaturas (en algunos de ellos su postura será clave para determinar la dirección del próximo gobierno), y Podemos, con sus diferentes marcas instrumentales. El número dos de esta formación, Íñigo Errejón (que en campaña protagonizó un concurrido mitin en Collado Villalba), señalaba tras las elecciones del domingo que el cambio político suele comenzar con el voto urbano, en referencia a los resultados en Madrid, Barcelona, Valencia, La Coruña o Zaragoza. Pero es que, en el caso de la Sierra de Guadarrama, las formaciones vinculadas a Podemos de una u otra forma se convierten en una alternativa de gobierno en Alpedrete (para lo que deberían alcanzar un acuerdo con PSOE y UNPA) o Zarzalejo. Parecido es el caso de otras candidaturas de convergencia de la izquierda, como Ahora El Escorial (donde aparecen varios miembros de Podemos a título particular) o En Común Moralzarzal. El resultado es que, también en las pequeñas y medianas localidades de nuestro entorno, el tan comentado ‘sorpasso’ al PSOE es un hecho. Los socialistas se ven superados por los partidos próximos a Podemos en Galapagar, Guadarrama, Alpedrete, Zarzalejo, El Escorial o Valdemorillo, mientras que en otros municipios, como Collado Villalba o San Lorenzo, conservan la segunda posición por un puñado de votos.
En cualquier caso, su papel para liderar la izquierda en la Sierra aparece cada vez más comprometido, situándose en algunos municipios significativos, como Torrelodones, en la irrelevancia. Entre tanto, UPyD certifica su desaparición casi absoluta (únicamente logra un concejal en Valdemorillo), mientras que Izquierda Unida ha resistido a nivel municipal mejor que en la Comunidad de Madrid, consiguiendo incluso ser la fuerza más votada en Cercedilla, otro municipio en donde el cambio es un hecho consumado.
El caso de Los Molinos
Y un último apunte, que algunos entienden como ejemplo de lo que puede pasar con los pactos anti-PP: los populares han logrado en Los Molinos una de sus dos únicas mayorías absolutas en la Sierra (la otra está en Collado Mediano), dando la vuelta a la situación del pasado mandato. Si en 2011 acabaron en la oposición gracias al pacto entre PSOE, Izquierda Unida - Convocatoria por Los Molinos y PLM, ahora el Partido Popular ha pasado de cinco a seis concejales, de manera que podrá gobernar en solitario. Lecturas, de cualquier forma, se pueden hacer varias, porque no es menos cierto que, aunque el porcentaje de apoyo es ligeramente mayor, también hay una leve bajada en el número de votos, sin olvidar de que, en el caso de que IU y Ahora Los Molinos (que saca un concejal) hubiesen concurrido en una candidatura común, probablemente los resultados serían otros.