El Faro | Jueves 21 de mayo de 2015
Las elecciones municipales que se celebran este domingo, 24 de mayo, son interpretadas por algunos analistas, y también por distintos partidos políticos, como una primera vuelta de cara a las elecciones generales. Pero, como ya hemos señalado antes en este espacio, y al margen de las interpretaciones que luego se puedan hacer, en esta cita con las urnas se eligen alcaldes y concejales, así como presidentes y diputados autonómicos. Por eso, y por mucho que la situación a nivel general juegue un papel importante en estos comicios, es fundamental situarnos en clave local. Hemos asistido en estos días a una campaña sin demasiados sobresaltos, marcada por el juego limpio -salvo algunas excepciones-, lo que es de agradecer en un momento en que los ciudadanos muestran un cierto desencanto hacia la clase política.
Han sido días de presentación de candidaturas y programas, que en muchos casos se han limitado a hablar de participación, transparencia y lucha contra la corrupción, tres conceptos que sin duda han de marcar el presente y el futuro de la gestión municipal. Pero, como ya hemos señalado, es necesario ‘mojarse’, proponer actuaciones concretas y demostrar un conocimiento de la realidad local, ya sea en Guadarrama, San Lorenzo, Collado Villalba, Galapagar, El Escorial, Moralzarzal, Alpedrete, Torrelodones o cualquier otra de las localidades de nuestra comarca. No vale tirar balones fuera, como tampoco presentarse ahora después de haber permanecido en silencio durante buena parte de la legislatura, con el único ‘equipaje’ de unas siglas que a nivel nacional ganan enteros. Abundan igualmente las ‘marcas blancas’, con el riesgo de que la ‘burbuja política’ a la que asistimos ahora se desinfle rápidamente ante la falta de ideas concretas y con unos candidatos desconocidos en la mayoría de los casos. A ello contribuye también la volatilidad del voto, como ha quedado demostrado en las encuestas que se suceden en los últimos meses, la política trasladada a los platós de televisión y, sobre todo, la existencia de un gran número de indecisos, así como un voto oculto que puede acabar deparando más de una sorpresa. Sea como fuere, lo único cierto es que estamos ante las elecciones con más incógnitas de los últimos años, con un escenario muy abierto y un buen número de candidaturas que aspiran a estrenarse en nuestras corporaciones e incluso a tener la llave de los futuros gobiernos. El domingo es el momento de votar, y de hacerlo con responsabilidad. Ya habrá tiempo tras el 24-M de sacar conclusiones, de hablar de pactos o de mayorías absolutas, aunque, con total seguridad, menos de las que hay actualmente.
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