ALFREDO FERNÁNDEZ | Lunes 18 de mayo de 2015
El arranque de la Feria de San Isidro ha sido muy positivo, casi todas las tardes han ocurrido cosas y el público que se ha acercado a Las Ventas se ha entretenido. Siempre existen decepciones, pero en líneas generales un puñado de toreros han dejado buenas vibraciones y han logrado cortar orejas. Aunque habrá que esperar a que vengan los diestros de mayor relumbrón para ver la plaza llena, en estos primeros días se han registrado buenas entradas, cerca de los tres cuartos, con el lastre del sofocante calor, algo que también hay que tener en cuenta.
Alejandro Talavante, Morenito de Aranda, Eugenio de Mora y Juan del Álamo, además del novillero Gonzalo Caballero, han sido los primeros en cortar orejas, pero por encima de premios, que son importantes, hay que quedarse con las sensaciones. En el capítulo ganadero, ha destacado especialmente bravo toro Agitador, de Fuente Ymbro, que debió ser reconocido con la vuelta al ruedo en el arrastre el pasado sábado 9 de mayo. Un precioso ensabanado, fino de cabos, que acometió con bravura al caballo y tuvo una raza trepidante en la muleta, con momentos de mucha emoción. Paco Ureña quiso mucho, se acopló mejor en una primera mitad, toreando con verdad y asentamiento, pero luego acabó amontonado cuando el público había tomado ya partido por el toro. De haber matado bien hubiera podido cortar una oreja, pero todo quedó en una ovación.
Este casi fue el oasis en la corrida de Fuente Ymbro que tuvo otro toro de clase, aunque rajadito, para El Payo, espada mexicano que volvía a Las Ventas. Manejó muy bien el capote y los remates tuvieron cadencia. Su faena, aprovechando la condición del animal, fue muy limpia, templada y ligada, pero quizá le faltó un punto para tomar vuelo. Tampoco mató bien y todo lo bueno que apuntó su segundo se fue al traste por un volatín que hizo mucho daño al toro.
Morenito de Aranda y Eugenio de Mora dieron una gran tarde de toros el domingo frente a un encierro de Valdefresno que tuvo sendos sobreros de Hermanos Revesado y El Risco. Ambos diestros cortaron orejas, y pudieron sumar una más si hubieran manejado los aceros con más pericia.
Morenito de Aranda volvió a demostrar el momento dulce por el que atraviesa. La oreja se la arrancó a un sobrero de El Risco nada fácil, ante el que había que exponer para que se entregara. Lo recibió en la puerta de chiqueros y toreó de capa con gusto, jugando muy bien los brazos. La faena tuvo mérito porque a sus elegantes maneras se sumó la predisposición. Hubo pasajes de mucha hondura y los remates salieron toreros y airosos. La estocada tuvo un efecto rápido y paseó el trofeo. Su primero fue un astado noble y soso de Valdefresno. Morenito no se cansó de estar en la cara del animal y dejar muletazos con buen dibujo y muy asentado. Se demoró con la espada, pero el de Aranda merece que se le abran las puertas de muchas ferias.
Esa buena tarde de toros también se reivindicó Eugenio de Mora. Los lances con las manos bajas encandilaron al público, ante un colorado del hierro titular que fue el mejor. La faena tuvo mucha solera y toreó con mucha profundidad y encaje, sobre todo con la mano izquierda. Hubo momentos extraordinarios. Tras una estocada, llegó el justo premio de la oreja. La tarjeta de presentación ante su primero había tenido altura y entendió muy bien a un animal que fue apagándose. En esta ocasión no mató bien.
Talavante, gran faena
Alejandro Talavante cuajó una gran faena a un buen toro de El Ventorillo el pasado miércoles 13. Pronto se echó la muleta a la mano izquierda para hilvanar tandas excelentes y con mucha naturalidad y ajuste. Administró los tiempos, con ese valor sin aspavientos para torear bien y saber lo que había que hacer al toro en cada momento, y si no cortó una segunda oreja fue porque el astado se acabó. Entró a matar despacio, dejando una gran estocada. Justo premio para el extremeño.
La corrida de El Ventorrillo resultó noble, pero faltaron finales y fondo. Padilla tiró de recursos y brevedad, mientras que El Cid no acabó de confiarse y surgieron dudas.
El marcador de la feria lo abrió el salmantino Juan de Álamo en el festejo inaugural del pasado viernes 8. El encierro de El Cortijillo y Lozano Hermanos dio un juego muy malo, excepto ese toro al que le cortó una oreja, que se movió mucho pero sin una pizca de entrega. Faena muy valiente y decidida del torero, con la virtud del asentamiento y la verdad por delante. El de Salamanca cortó su séptima oreja consecutiva en esta plaza tras cobrar una contundente estocada.
En la novillada, Gonzalo Caballero logró un trofeo por una labor entonada y valiente, aunque el premio llegó cuando a la desesperada se tiró a matar al novillo sin muleta. Fernando Rey tuvo una actuación solvente pero sin orejas ante una novillada de El Parralejo noble, aunque muy por debajo de las previsiones.