ALFREDO FERNÁNDEZ | Lunes 11 de mayo de 2015
La feria madrileña de Las Matas crece en calidad y asistencia de público. El Ayuntamiento de Las Rozas confeccionó un atractivo fin de semana taurino para conmemorar sus fiestas de San José Obrero. La novillada que cerró el serial el domingo 3 de mayo levantó mucha expectación al juntar en un mismo cartel a Álvaro Lorenzo, Ginés Marín y Varea, que se midieron ante un precioso encierro de Montealto que no decepcionó.
El gran protagonista fue Álvaro Lorenzo que cortó cuatro orejas y un rabo, ofreciendo una gran dimensión y poniendo a la afición de acuerdo. Los máximos trofeos los consiguió ante un bravo montealto que aunó transmisión y movilidad. El toledano dejó cadenciosos lances de capa y consiguió una faena muy lucida, alcanzando la cima con varias series de derechazos. La faena caló en el tendido y tuvo mucha importancia. Tumbó al novillo de una soberbia estocada. El utrero, de nombre Halagado, fue premiado con la vuelta al ruedo. Lorenzo había cortado los dos primeros trofeos a otro buen novillo de Montealto. Gran toreo de capa y una maciza faena aprovechando la humillación del novillo. También mató de una buena estocada.
Sus compañeros de terna se fueron de vacío. Ginés Marín dejó un gran quite por chicuelinas, lo mejor de su actuación. La faena fue de menos a más, al igual que el novillo. Marín mostró personalidad y buenas maneras, aunque estuvo un tanto frío. Perdió la oreja por culpa de la espada. Su segundo fue un astado soso y el extremeño se contagió de la condición de su oponente.
Finalmente, Varea se llevó el peor lote. Su primero fue un ejemplar manso y desabrido al que mató muy mal. Al sexto le lanceó toreramente de capote y llevó a cabo una faena de buenos detalles, pero el utrero se agotó pronto. De haber matado a la primera hubiera podido sumar algún trofeo.
Alejandro Gardel, Pablo Mora y Carlos Ochoa dieron una gran tarde de toros y abandonaron por la puerta grande la plaza de Las Matas en la novillada sin caballos que abrió el serial el 1 de mayo. Los tres demostraron que quieren ser toreros y estuvieron muy por encima de una novillada de Flor de Jara que en líneas generales no dio demasiadas opciones.
Alejandro Gardel se impuso con agallas y valentía a su primer eral, que le propinó tres volteretas impresionantes. No se arrugó hasta arrancarles las dos orejas. Luego sumó una más tras una labor de firmeza y seguridad ante un utrero manso. El mejor novillo de Flor de Jara por clase y bravura fue el tercero. Carlos Ochoa toreó encajado y con un gran concepto. Se tuvo que conformar con una oreja por pinchar más de la cuenta.
Pablo Mora, de la Escuela Taurina de Moralzarzal, no se dejó ganar la pelea y sumó un trofeo de cada uno de sus novillos. La faena más consistente la realizó ante el quinto, dejando patente ser un novillero poderoso y que no consiente dejarse ganar la pelea.