Opinión

Buenos y malos

Ramón Reig

El Faro | Lunes 11 de mayo de 2015
En la vida suelen ganar los malos. Y es hora de que empecemos a ganar los buenos, aunque me temo que los buenos no ganaremos nunca a menos que le echemos a la vida las mismas agallas que le echan los malos. Y es que los buenos estamos generalmente demasiado ocupados con nuestra bondad como para dedicarnos a ser pragmáticos y listos, por eso nos han dado por ahí con frecuencia. Me temo que por ahora no hay nada que hacer porque los buenos, además de buenos, somos bastante gilipollas e individualistas, inútiles para el contubernio.

Por eso la selección darwiniana nos va quitando de en medio poco a poco. El planeta es de los malos que suelen ser listos. Aquí no hay sitio para los inteligentes y menos para los sabios. Por mucho que Zaratustra abandone su cueva en lo alto de la montaña y baje a decirle a los malos que son en el fondo unos depredadores de su especie, nadie le hará caso y deberá volver a su gruta como el protagonista de la ‘La Caverna’ de Platón.

La canciller Merkel apoyó a los Estados Unidos en sus espionajes contra los europeos; la señora Lagàrde es más papista que el Papa del neoliberalismo; a Rodrigo Rato le rebajan la exigencias legales por unos supuestos delitos... Estos son los listos, siempre al lado de los más listos que ellos, las mujeres conversas, los amorales superhombres de los paraísos fiscales. De ellas y de ellos es el mundo. Es igual que no entren en el reino de los cielos porque ellos y ellas saben que el cielo no existe.

Y mientras, aquí la cosa está que arde. García Abadillo se va a la calle un año después de sustituir a Pedro J. Ramírez al frente de ‘El Mundo’ y Juan Carlos Monedero le da un portazo a Pablo Iglesias... Parecen casos distintos pero tienen en común que se los ha cargado el concepto cuantitativo y mercantil de la vida, o sea los malos. ‘El Mundo’ ha seguido descendiendo en ventas e influencia, como todos los diarios ‘tradicionales’. Ya pueden poner al frente del diario al mismísimo San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, que no hay quien levante a los voceros de los malos porque los buenos no son idiotas de capirote, sólo ingenuos. El periodismo está muriendo lentamente, empezó a morir cuando nació porque se pegó a la publicidad y porque la gente no puede soportar la verdad.

Monedero no ha podido aguantar al listo de Iglesias ni a otros más listos y veteranos que él. Monedero se ha caído del guindo, no comprendo cómo, si tras asesorar a Chávez y a Correa, aún no se ha enterado de cómo funciona el cotarro. Iglesias aprende más rápido que Monedero, porque Iglesias se está haciendo malo. Me alegro por él, porque sus votantes terminarán tirándose de los pelos o se suicidarán, pero a él no le faltará la ‘mamela’. Mientras, los buenos seguiremos ahí, pendejos perdidos, divididos, fláccidos, acarajonados. Tenemos lo que nos merecemos y ya va siendo hora que empecemos a espabilar.