El Faro | Viernes 08 de mayo de 2015
Aunque llevamos días de intensa actividad política, de obras que se aceleran y de un aluvión de candidaturas, es hoy cuando de verdad empieza la campaña electoral que nos ha de conducir a las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo. Las encuestas que se vienen publicando desde hace semanas muestran un escenario abierto en el que probablemente desaparecerán muchas de las mayorías absolutas que a día de hoy dominan buena parte de la Comunidad de Madrid, incluyendo la zona de la Sierra de Guadarrama. Del mismo modo, un porcentaje muy importante del electorado aún no ha decidido el voto, lo que puede acabar decantando la balanza hacia uno u otro lado.
Nos encontramos estos días con propuestas que en muchos casos parecen cortadas por el mismo patrón, apelando a conceptos como “transparencia”, “participación” o “regeneración”. Sin duda son necesarios, porque vivimos en una época en la que se impone una política más cercana a los ciudadanos, pero del mismo modo esa cercanía ha de traducirse en propuestas y acciones concretas, porque no en vano estamos ante unas elecciones municipales, en donde estamos hablando de nuestras calles, nuestros parques, los servicios que se prestan a los vecinos o las infraestructuras y equipamientos que pueden contribuir a mejorar nuestra calidad de vida. Por eso, más allá de las buenas intenciones, se trata de bajar a la arena de la política local. En ese sentido, es alarmante el grado de desconocimiento que algunos candidatos y partidos demuestran de la propia realidad municipal, planteando cuestiones que se escapan de las competencias de los ayuntamientos, haciendo propuestas poco definidas o incluso mostrando una preocupante desconexión con la localidad en la que se presentan. En algunos casos parece que se trata únicamente de colocar una ‘franquicia’, sin profundizar en la idiosincrasia y las necesidades de cada municipio.
Como decíamos, las encuestas dicen que tras el 24-M vendrán días de diálogo, conversaciones, acuerdos, actores secundarios con gran protagonismo y pactos más o menos claros, con la incógnita de si en muchos de estos casos gobernará la lista más votada o asistiremos a todo tipo de alianzas. Las urnas dictarán sentencia, aunque esta vez parece que la ejecución de la misma puede dar lugar a distintas interpretaciones.
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