Opinión

Preocupante crispación política - ‘Vendetta’ en Galapagar ¿Qué virus ha contagiado a la Policía de Colmenarejo?

Luces y sombras

Manuel J. Ortega

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
A crispación que rodea a nuestra clase política últimamente, sobre todo a nivel nacional, es algo que debe preocuparnos a todos y de manera muy especial a quienes tenemos la responsabilidad de hacer llegar a nuestra sociedad mensajes tendentes a pacificar a quienes parecen interesados en alterar nuestra vida con pronunciamientos insulsos, reaccionarios y tercermundistas. Hemos llegado a tal extremo que aquí, una vez más, bien podríamos decir a socialistas, conservadores, comunistas e independentistas que aquel que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Y es que hemos dejado de ser tolerantes los unos con los otros, menospreciando a aquellos cuyas posturas no coinciden con las nuestras. Y lo más grave es que cada vez hay más políticos dispuestos a fomentar la crítica y la crispación por el simple hecho de considerarse en posesión de la verdad más absoluta. Su inmadurez queda reflejada en el ya habitual “y tú más”, frase mágica cuando no se quieren oír los razonamientos del adversario.

Esperemos que este periodo vacacional que hoy da comienzo con motivo de la Semana Santa permita devolvernos la cordura a todos y de manera especial a esa familia política que a menos de dos meses ya tiene ante sí el reto de enfrentarse a las urnas para dilucidar quién va a regir durante los próximos cuatro años los destinos de ayuntamientos y algunos gobiernos autonómicos. El hecho de que algunos intenten aprovechar estos momentos de crispación para sacar del armario de los recuerdos los cadáveres del franquismo, demuestran lo alejados que están de la realidad de un país que ha superado con nota una larga transición para no tener que volver a sufrir las consecuencias de un enfrentamiento fratricida.

SEIS EDILES DEL PP DE GALAPAGAR ABANDONAN EL PLENO.-Seis ediles, es decir, el 50 por ciento de los componentes del Ejecutivo de Galapagar (algo más si tenemos en cuenta que el ex responsable de Cultura, José Manuel Martín, se descolgó hace meses) decidieron, el pasado lunes, plantar a su alcalde durante la celebración de una sesión plenaria. Los díscolos, Fernando Arias, Elena Montoya, Concepción Martínez, Pedro Hernández, Juan C. Lujan y José L. Bautista, identificados por muchos vecinos de esta localidad como integrantes de la denominada guardia pretoriana del ex alcalde y actual presidente del PP, José Tomás Román, intentaron justificar su plante en “la actitud antidemócratica” mostrada por el alcalde, José Luis González, que incluso no les facilitaba información sobre los temas que se iban a tratar en los plenos. Esta versión, lógicamente, no coincide con los rumores que se oyen estos días por el pueblo, rumores que hablan de una vendetta personal por parte de José Tomás contra su sucesor en el cargo (el nuevo planeamiento urbanístico de este municipio puede ser la causa), como también contra la Ejecutiva regional del partido por haber rechazado hace un par de meses su deseo de sustituir a González por otro candidato. También se dice que ninguno de los seis concejales que promovieron dicho plante estaban incluidos en la lista electoral elaborada por el regidor y esto les llevó a mostrar su contrariedad en el pleno. Sean ciertos o no dichos rumores, la verdad es que a Génova y a la familia popular galapagueña le acaba de salir un incómodo grano que van a tener que extirpar con sumo cuidado si quieren evitar que esta crisis provoque daños colaterales que puedan afectar a la próxima convocatoria electoral, puesto que hasta ahora la candidatura encabezada por José Luis González partía como favorita para ganar los comicios del 27 de mayo.

EL EXTRAÑO VIRUS EN LA POLICÍA DE COLMENAREJO.-Preocupados andan los colmenarejanos con los males que afectan a los miembros de la plantilla de su Policía Local. Y la cosa no es para menos, porque aunque bien es cierto que en el último año las bajas por enfermedad habidas entre sus uniformados han pulverizado las previsiones de absentismo, lo del pasado fin de semana supera cualquier tipo de supuesto ya que, salvo el Sargento Jefe y el policía que realiza gestiones administrativas, además de ser el conductor del coche oficial de la alcaldesa, María Isabel Peces-Barba, el resto de los miembros de la plantilla, creo que 12, se encontraban de baja médica, descanso o permiso, circunstancia que obligó a cerrar las dependencias policiales durante los días 22 y 23 de marzo, según hemos podido apreciar en las imágenes ofrecidas por la web local www.colmenarejo.net, dejando sin vigilancia las calles de la localidad durante todo el fin de semana. Pocos vecinos creen que ello se deba a la presencia de un virus contagioso en Colmenarejo y los más ya hablan, con bastante indignación, de que las bajas médicas pueden ser la respuesta al desacuerdo existente entre agentes y Ejecutivo sobre el convenio laboral que aún continúa negociándose. Incluso hay quien ha dicho que el incremento desproporcionado de los sueldos de la alcaldesa y de los ediles del Equipo de Gobierno (entre un 17 y un 29 por ciento) ha colmado la paciencia de unos policías que ven cómo sus reivindicaciones salariales y laborales no acaban de salir adelante. De una u otra manera, cierto es que nos encontramos ante un problema gravísimo que afecta a la seguridad de las personas y tanto las autoridades locales como la Delegación del Gobierno tienen la obligación de investigar si estos partes de baja provienen de alguna infección vírica o, por el contrario, son fingidos, algo que a mí me cuesta bastante creer porque mientras no se demuestre lo contrario hay que confiar en la ética de estos profesionales.