Deportes

Dudas y bache anímico

El barómetro

JAIME FRESNO

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Me quedé con ganas de ver las consecuencias anímicas del gol de Ruiz al Alcalá, el que supuso el empate a tres minutos del final. Era tal la ansiedad por marcar, que el tanto supuso la expulsión del lateral en un abrir y cerrar de ojos, con una tarjeta por descamisarse y otra, supuestamente, por hablar. Todo en un minuto.

De modo que el Villalba, como antes del tanto, tuvo que quitarse de encima al Alcalá a base de pelotazos y no se pudo extraer ninguna conclusión válida sobre los efectos de ese balsámico gol, pensando en el futuro inmediato. Es indudable que el equipo no transmite las mismas sensaciones del primer tercio de Liga; tampoco las exhibidas en ese maravilloso oasis de enero, cuando ganó en inferioridad al Navalcarnero y bailó por momentos al Madrid C en Valdebebas. Con un punto menos que la pasada temporada, cuando sufrió para aferrarse a la categoría, el CUC Villalba ya sabe que deberá luchar por el objetivo mínimo de la permanencia, salvo giro radical estilo San Fernando.

El caldo de cultivo no es bueno. Javier de Lucas, por vez primera desde que es entrenador, ha dudado. Ha puesto su cargo a disposición del club dos veces y éste lo ha respaldado otras tantas, sabedor de la diplomacia que se gasta el técnico y que vale un vestuario unido. Pero las bajas de hombres clave, como Míchel, Corbella, Iván Pérez o Salvat, el bajo estado de forma de Calvo, cuya calidad parece menguar a medida que sube su cartel de hombre con más minutos del equipo, o la escasa aportación última de los hombres de banda, parece haber descosido el equipo y dejado al técnico a los pies de los caballos. La reacción pasa por ellos, pero también por una afición que debería apostar por animar, aun estando en el derecho de criticar, pues de poco vale presionar al jugador cuando ya lo hacen los resultados.