ALFREDO FERNÁNDEZ | Viernes 06 de marzo de 2015
Sábado 28 de febrero. Novillada Picada. Un tercio de entrada. Novillos por este orden: Castillo de Huebra, manso y rajado desde salida; José Escolar, fino de cabos, encastado y con transmisión; Cebada Gago, bonito, manejable y sin fondo; El Tajo, altón y descastado; Pablo Mayoral, precioso de lámina, soso y apagado en el último tercio; Francisco Galache, blando y con obediencia y nobleza en el tercio final. Saludaron tras parear al cuarto Ángel Otero y Fernando Sánchez. Curro de la Casa fue intervenido de una cornada en el muslo derecho con dos trayectorias.
La encerrona del novillero Curro de la Casa en la plaza de toros de Moralzarzal el pasado sábado 28 de febrero se saldó con un balance de tres orejas. Una tarde meritoria y dura la del espada alcarreño. En la apertura de faena al tercer novillo, con el hierro de Cebada Gago, le vino cruzado y le volteó de manera espectacular, resultando corneado. Curro de la Casa se mantuvo en el ruedo para darle muerte, así como a los otros tres que aguardaban en chiqueros, dando la cara en su apuesta de Seis Sueños y un torero. Los novillos, de encastes diferentes, no embistieron en su conjunto, y este fue otro inconveniente al que tuvo que sobreponerse el novillero en esta gesta. La tarde se le puso cuesta arriba, pero fue capaz de echarle corazón y agallas sin dar aspavientos a pesar de estar limitado físicamente.
Emoción evidente
El mejor ejemplar de los seis fue Coreano I, un astifino utrero de Escolar que empujó en varas y tuvo casta y personalidad en el tercio final. El novillero le recibió con un manojo de apretadas verónicas. La emoción era evidente. Sobre la derecha y cuando bajó la mano surgieron buenas series que no encontraron el mismo diapasón sobre la zurda. Mató al segundo viaje de una gran estocada.
Con la tarde vencida y la sangre derramada del torero llegaron los momentos más plásticos de la encerrona. Fue en el último capítulo de la tarde, con un novillo de Galache que resultó obediente sobre el pitón izquierdo. Curro de la Casa toreó asentado y relajado en series que calaron y donde se sintió por momentos. Las manoletinas resultaron ceñidas y la estocada arriba le puso en la mano una justa oreja, la de mayor peso de las tres concedidas.
La tercera fue por una faena paciente y afanosa ante un novillo de El Tajo sin una pizca de raza. La estocada en la yema ayudó mucho a la concesión del trofeo.
Parecía que la tarde reflotaría con un precioso cárdeno de Pablo Mayoral que apunto cosas en los primeros compases, pero que fue disipándose como una gaseosa, para acabar soso y sin celo. De la Casa lo intentó con decisión, pero a estas alturas el novillero evidenció la merma física.
Y es que el tercero, con el hierro de Cebada Gago, le había propinado una cornada de dos trayectorias, una ascendente de 10 centímetros, y una más de 8 hacia dentro. Este utrero sardo fue a menos y el torero fue capaz de darle muerte con arrestos.
Curro de la Casa tuvo todavía fuerzas para salir a hombros y luego pasar a la enfermería para ponerse en manos de los doctores. Un espectáculo que se había preparado bien, pero el ganado no ayudó, por lo que la tarde no pudo alcanzar el brillo esperado.